Sucumbir frente al teclado entre «Seda» de Baricco

He encontrado una ligera descripción de la poética y la erótica, dos conceptos que casi siempre los veo envueltos en un tul semi transparente del deseo.
lo más parecido a lo que creo que me dice el libro «Seda« de Alessandro Baricco.

IMAG0754

Casi que llego a sollozar, para contar el miedo que tengo a soltarme frente al tejado.
Ese vertido de saber que tiene su brujería
su vicio… su adicción…y luego…
no la puedes soltar.
Como el deseo, como sucumbir en una caricia, un beso, un gemido al oído, así me llama este teclado sensual y erótico, encantador y llenador.

AHORA YA! ! !
…siento esa sensación de los cuerpos desnudos,
¿como llamarla?
confianza?
seguridad?
llenadez?
satisfacción?
a lo mejor solo un
ya! ! ! .

Pero es etéreo, es fugaz, como una receta de cocina…que es mil cosas a la vez…casi parecido a un persona.  La incertidumbre y desasosiego de querer sucumbir a un deseo.

A María Pajarito

Hoy he tenido un romance, romance infantil y de caricias.
El romance de la única mujer a la que he visto nacer y la única por la que daría mi vida para que no creciera más. Mientras acariciaba y peinaba su pelo húmedo, algo enredado, en la mitad de sus sollozos, por el tirón del pelo al pasar el cepillo, he pensado que le querría más, algo calva para no hacerle daño. Le querría algo más si pudiera congelar su mirada, para dejar de verla crecer, alistarse y volar.
Le quisiera algo más si pudiera entender por qué se me hace tan duro ser papá.
Porque hoy con su pequeña carita entre mis manos, he visto una mirada de amor tan grande ante mis lágrimas que sé que será eterna, solo por eso sé que le ayudaré a volar.

Quito

No mucha gente habla de su ciudad. No mucha gente se impresiona, se deja impresionar del paisaje, de la imagen gráfica (lo que ve) y mucho más de ese gran contingente sociológico y antropológico que es la ciudad(lo que se sabe y se siente). Y esto…dicho sea de paso…entre urbanos. Ni se diga los rurales, que creo que tampoco. Finalmente y más allá de mi opinión, es poco la gente que habla de su territorio. Pero aunque lo veamos, aunque el camino innegable sea el deterioro de ese sentido y sentimiento de pertenencia y territorialidad, que el hombre cada vez pierde frente a la globalidad, yo me resisto! ! ! existe una fuerza interior indescifrable que permite que broten de dentro mío un indestructible esencia de Pertenencia a un territorio.

El otro día mientras escuchaba, justamente que el inicio de la aceptación de la globalidad, empieza por perder el sentido de territorialidad y con ello de identidad territorial local, recordé que estaban a punto de venir las fiestas de mi ciudad, mi espacio, mi casa, mi territorio. El escenario más importante de mi vida, O de la parte más importante (aún) de mi vida, y mientras intentaba hacer todo el ejercicio por DESENTERARME de lo que decían en la conferencia escribí esto, que a lo mejor es la manera que me queda de decir: Viva Quito:

Días tristes a la distancia, no me sabe el paladar a hornado y pilsener,
Días tristes, las fiestas de mi pueblo de lejos.
días lejanos esos del 40, bailes en la calle, silbadores y diablillos
…y mañana sin chuchaqui
no habrán calles de de adoquín de piedra.
no habrán brillos de lluvia en el suelo.
ni olores de sahumerios en las iglesias.

solo papá Noel y Reyes…uno más ajeno que otro
si habrán sonrisas y caricias de nenes
las felicidades chiquititas
que hacen que la distancia
valga la pena

A LA MEMORIA

Mi memoria no es frágil, y mis sentimientos perduran lo suficiente para combatir el rencor:

A la muerte de un canalla

por Mario Benedetti

Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren

Obituario con hurras
Vamos a festejarlo
vengan todos
los inocentes
los damnificados los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte
no borra nada
quedan
siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.

Mario Benedetti