Ahora que estas a la distancia, entiendo el miedo del desterrado ahora que te imagino a la distancia y te sueño de verdes montañas difícil se le hace a mi piel no sentir el viento helado. imposible es no oler tu rocío en quicuyo verde en las mañanas.
miro tu reflejo en las piedras mojadas y al sonar de un requinto aún retumban dentro mío tus campanas. con el brillo del amanecer ese ruido de las ramas de los eucaliptos y el croar de las ranas en invierno, y la lluvia sonora, apabullante, total. te extraño Quito, pueblito de sombras, de lágrimas y brillos pueblito de soles y amores pueblito de casas viejas e historias impagables.
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