…Y de pronto se le cayó la historia…
De pronto no tenía pasado.
Solo apareció casi, casi de la nada.
Como si una tarde, la mirada perdida en el parque, cazaría el aparecimiento de un árbol, ir mirando como poquito a poco el árbol va saliendo del suelo, como rompe el césped y deja ver su primera rama, pero no como un pequeño brote nuevo, sino la rama de la copa y luego mas ramas, y luego frondosidad entera y luego tronco, y luego más tronco, hasta llegar a mucho tronco, mucho tronco de largo y alto.
Así de pronto, se le cayó la historia y no era más que un elemento en el paisaje, sin fe sin religión, sin ternuras ni odios, como entre paréntesis…
¡Y él queriendo estar entre comillas!