El mundo global gana terreno, y no encuentro más fascinación que cuando ese territorio es la convergencia armónica de los opuestos, Norte-Sur y sobre todo Oriente y Occidente. Las formas de entender los mundos, las culturas, pero sobre todo la manera exquisita de que en armonía, se encuentren esas expresiones de sensibilidad que se han cargado culturalmente durante siglos, las expresiones mas sencillas.
Es el caso de este disco de Ballaké Sissoko, músico senegalés y el Frances Vicent Ségal, y mejor todavía si «irónicamente» o con todo el derecho del buen entendimiento lo llaman Música de cámara, como queriendo puntualizar que este género no solo se lo puede hacer de traje obscuro y en grandes escenarios. Es una de las mejores expresiones que he encontrado de la conjunción de África y Europa.