Deriva en la Plaza Argel
Gracias a la publicación de Antonio Ruiz, por redes y en su blog, conocí el magnífico monográfico que sobre derivas publicó la Revista de Estudios Urbanos y Sociales a finales de la primavera pasada. Lecturas que no puede atender de manera pausada y sesuda hasta bien entrado el verano, pero ha merecido la pena el hacerlo a su ritmo, puesto que me ha provocado ir cotejando con experiencias propias y hacer un recuento sucinto de algunas de las Derivas en las que he participado y particularmente me han sorprendido, que pese al trabajo teórico que sustenta mis propuestas en cada vez, los agujeros que se escapan, no estaban mal cubiertos dentro de todo el marco tan amplio que abarca este tipo de dinámicas. Así por ejemplo he revisado que como parte de las jornadas enREDandonos que participé hace algún tiempo, he revisado que la secuencia de actividades que para esa jornada planificamos tenía un sentido muy acertado.
El ejercicio inició con un marco teórico muy amplio que partía de la exploración histórica de la zona, Luego hubo un momento de sensibilidad con una conferencia que hacía alusión a un Proyecto de Fin de carrera de Pepe Aracil (arquitecto), organizador del evento a nombre de ASF.
Trabajo interesantísimo en el que sobre todo se podía encontrar una alta sensibilidad en el tratamiento de los imaginarios infantiles sobre la zona y la manera como los varios niños, bajo su visión y lenguaje (incluso gráfico) planteaban expectativas de su territorio, los focos de atención de estos niños, pero sobre todo, la conexión que los adultos asistentes eran capaces de hacer, recordándose a ellos como niños y extrapolando las riquezas del entorno en el que crecieron. Luego me tocó el turno que afronté con tres secciones de trabajo. Una primera en la que abordé el viaje como una experiencia urbana, para lo que fue imprescindible “sentar criterios” acerca de lo que implica el viaje como instinto básico de movilidad, de dónde parte y que nos representa hoy en día en los «viajes cotidianos».
Luego, como segunda instancia, propuse el análisis de La psicogeografía como un recurso del análisis urbano, empecé ejemplificando con algunas derivas a partir de cuyas experiencias procuré dejar en claro los propósitos, la forma de trabajo y lo que suponen estos ejercicios como elemento de construcción identitaria y por tanto su importancia en las propuestas de análisis de la intervención y propuestas urbana.
Finalmente la tercera parte consistió en una Deriva, por el sector y en concreto con el solar que se nos había permitido intervenir para el taller de la puesta en común final. El ejercicio fue planteado de una manera, más bien distendida, procurando colaborar en la implementación de imaginarios de los asistentes y mediante su experiencia aglutinarlos a manera de recursos para estructurar las necesidades emocionales y sensoriales que requería el proyecto.
Un espacio final nos permitió volcar el material registrado en la deriva sobre mapas, esquemas y apuntes sobre el barrio y en concreto, el solar.
Con todo este material y otros elementos documentados y registrados como ejercicios de algunas posteriores charlas, MonoD Estudio programó un ejercicio de puesta en práctica y acción común urbana. Una suerte de instalación urbana que se componía de elementos – deseados y su método de implantación en territorio.
Todos estos pasos que he narrado, en su conjunto, representan un camino de para afrontar un diseño que a más de ser participativo, explora elementos qué, por ser producto de las derivas, proponen con un mejor acierto los imaginarios y los deseos de los vecinos. Lo que más me interesa de esta metodología, es la magnitud en la que la comunidad, al ser partícipe de ello, asume responsabilidades sobre la planificación y con estas lecturas mencionadas, de alguna manera he validado esta alternativa.
La orientación
update 28.08.014
El movimiento y la y la orientación. tiempo – proceso – paisaje. Cuando hablamos del paisaje, hablamos del tiempo del visitante. El recorrido. Experimentar y ejercer el tiempo – premisa. nuestro cuerpo….nos beneficiamos.
Una de las primeras cosas que me reveló que estaba fuera de mi hábitat, fue cuando caí en la cuenta de que estaba entendiendo la orientación del revés.
Si eres del Pacífico Este, como es mi caso, comprendes que el norte está donde miras cuando el mar está a tu izquierda. «Si te cambian de lado el mar» obviamente cambiará el norte.
Cuando llegué al mediterráneo, tenía el mar a mi derecha(mirando al norte), y para corregirlo, mi sentido hacía que me gire 180º, con lo cual lograba tener el mar a la izquierda y yo pensaba que hacia donde miraba estaba el norte. Craso error. Era al sur.
Lo más singular de esto, es que no fue la posición «relativa» del mar la que me delató, sino justamente mi error recurrente de la posición del Norte. Pero esta percepción no queda allí, me di cuenta también que para la gente de la península, por estar en el hemisferio norte, el supuesto «trayecto del sol» durante el día, siempre estaba hacia el hemisferio sur, sin conseguir un cénit real, claro luego entendí que por venir de la «mitad del mundo» era yo el privilegiado que siempre había tenido el sol sobre mi a las 12 del día. Con el tiempo, me llamaría mucho la atención también la luz solar, entendiendo que, por un lado tenía una buena percepción de la temperatura cromática, ya que fue entonces que comprendí que España aunque se mueve entre el uso de +1 y +2 en realidad está en el 0. Lo cual me permitió entender de mejor manera las horas sin necesidad de mirar el reloj.
Alausí 4 [014 walkshop] derivas
Hace algo más de un año, el 28 de diciembre del 2012 estaba saliendo de viaje. Un viaje que me abriría una puerta…puerta… a un capítulo de investigación que me interesa muchísimo.
El proyecto que desarrollé junto a López y López arquitectos en Alausí y que lo podéis seguir en la etiqueta del mismo nombre aquí en este espacio, me permitió contrastar un gran capítulo que llevaba pendiente: La práctica del ejercicio de la arquitectura y el urbanismo en entornos protegidos por condiciones patrimoniales y, por otro lado, la teoría acerca de la geolocalización y la instrumentalización digital como herramientas de visualización de la complejidad. Todo esto funciona y no solamente de una forma instrumental, es más, a día de hoy es imprescindible el uso de herramientas para ser capaces de permitirnos lecturas transversales de las problemáticas urbanas, ésto, sobre todo, comprendiendo «lo urbano» desde la complejidad y desde una biocenósis urbana.
En el desarrollo de este estudio hubo un momento en el que el ejercicio de intenciones desde la visión de lo que podríamos llamar el urbanismo académico-clásico, dejaba entrever que existían agujeros, vacíos que desde la técnica no eran posibles ni de comprender, menos aún de subsanar y dado que era el caso en que la ciudad albergaba un valor patrimonial sólido e importante para el cual la investigación histórica era evidentemente insuficiente, el proceso de investigación nos demandó el confrontar con la realidad «a pie de calle».
Ésto implicó una visita prolongada y derivas de una variedad amplia para poder reconocer muchas de las cosas que los documentos no te cuentan; muchos de los datos levantados fueron probablemente inclasificables pero esa realidad palpada fue imprescindible para la toma de decisiones. Este post introductorio pretende narrar la necesidad, no solo de la toma de contacto con la realidad «a pie de calle», sino además, expresar una profunda confianza y exponer una metodología muy real y palpable de la deriva como método de análisis del entorno urbano.
Algunos de los elementos de registro de dichas derivas se encuentran contenidos en los enlaces de Alausí 2.0. Procuré de llevar un registro del proceso que me permita, lectura atrás, poder estructurar una metodología (a toro pasado) y la verdad me ha llevado algún tiempo, sobre todo, poder documentar y dar un sustento teórico a lo mencionado, pero a partir de esta entrada (que abre la categoría) procuraré ir armándolo mejor de manera que permita estudiarlo, reprisarlo o simplemente ponerla en condiciones didácticas para un re uso de metodología de análisis e intervención del espacio urbano. Por otra parte, estoy estudiando las posibilidades de iniciar talleres tanto teóricos como prácticos que permitan ejercicios que consoliden la metodología como instrumento de análisis del entorno.
Entre mashups y derivas (I)
Hace algún tiempo procuro congeniar dos elementos básicos de mis intereses. Por un lado las derivas como método de análisis del entorno y por otro, la instrumentalización digital como paso de la hibridación físico digital.
Existen muchas formas de llevar a cabo una de las tareas más importantes de las derivas. El registro. Pero he descubierto que «la manera» como esto se lleva a cabo, luego tiene mucho que ver, tanto con la asociación de elementos que consideramos al momento de analizar resultados, como evidentemente, con las reales prestaciones del sistema, vamos!!!que no todo sirve para todo y que algunas vienen mejor para ciertos opciones específicas.
En este post he querido empezar mencionando algunas de las que he utilizado e ir matizando una que otra característica, que de manera particular me han sido singulares. Espero posteriormente ir haciendo otras entradas para describir la asociación de las características y prestaciones con los resultados.
Una de las las formas más cotidianas de mi registro han, sido las APP´s disponibles para entrenamiento deportivo, muchas de ellas tienen alguna categoría que no necesariamente se asocia a un deporte en concreto, de no haberla, se puede usar la «caminata». He enlazado la Deriva del Cabo de las Huertas y las torres de vigilancia usando sports tracker. He mudado mi actividad de endomondo, puesto que esta no permitía adjuntar fotos tomadas desde el dispositivo en tiempo real y geolocalizar la imagen, cosa que sports tracker si que lo permite. Los impedimentos ahora son otros, que igualmente me parecen importantes de puntualizar.
Aunque sports tracker permite hacer imágenes que quedan geolocalizadas y permite la exportación del archivo, el problema es que lo exporta en .GPX, extensión esta que es muy común entre los dispositivos de localización GPS, pero al momento de importar a google maps te admite archivos .CSV o .TSV, lo que no es mayormente complicado puesto que existen plataformas online como kml2gpx.com o gpsvisualizer.com que transforman los archivos, pero al momento de importarlos, por ejemplo, desde maps engine (googlemaps), este solamente te permite rutas de 100 nodos y pasado esto se convierte en «premium», es decir que tienes que hacerte de pago (€ 4.00 al mes) para poder subirlas.
Por otro lado, ésto para mostrar que cada plataforma tiene su modelo de negocio, está claro que todas las herramientas que usan la api de google, lo que hacen es «mostrarla» pero que al momento de exportar, no te dejan llevarte los datos generados por ellos, es decir que ese es su negocio, tanto la visualización, como el servir de plataforma P2P, es decir que para ver mis derivas (en este caso) es necesario «ser mi amigo»…que en realidad no es serlo, sino más bien «compartir» la misma herramienta que uso…dicho de otra manera, generar comunidades alrededor de las aplicaciones, por esta razón en la incrustación que se muestra anteriormente no aparecen las fotografías adjuntas en la deriva, pero si sigues este enlace, entrarás a la plataforma misma y se pueden ver.
siempre nos queda la opción de maps engine (googlemaps), pero estoy convencido que al automatización de ese tipo de proceso…de «carpintería menor» como son justamente los procesos de trazabilidad de la ruta, es decir que los datos de los dispositivos sean capaces de ir registrando nuestro movimiento mientras lo realizamos, nos permiten concentrarnos en otras tareas propias de la deriva que un su último punto debería permitirnos abstraer de cualquier distracción a fin de permitir que intuiciones propias sean capaces de guiarnos.
Optando por las la tendencia más «open«, que prefiero y me gusta mucho más, porque incluye valores como el compartir, la innovación y el desarrollo como estrategias de la generación tanto de contenidos como de nuevos modelos de emprendimiento profesional y formas de remunerar investigaciones; quiero sugerir o comentar que me siento mucho más cómodo usando Meipi, una plataforma sencilla que con cuatro categorías permite la construcción de mapas colaborativos que están muy bien, se permite la jerarquización de un administrador y colaboradores y un espacio bastante rico, para incrustar tanto imágenes como textos, es decir que cada punto geolocalizado se convierte en un post que puede ser muy enriquecido con imágenes, enlaces y muchos más datos y no dejaré de comentar que el conocer y tener de cerca a los creadores y gestores del proyecto siempre da una confianza particular, aunque sé que eso sea realmente coyuntural.
Por otro lado, si preguntamos a los expertos y programadores, muchos coinciden en que Ushahidi es la mejor, dentro de mi experiencia debo confesar que para mis propósitos ésto me desborda, entiendo que para mashups instalados y construidos para una aplicación concreta es la mejor. Tiene una versión «online» que permite crear mapas, con entradas y etiquetación múltiple. Muchas app`s de prestigio y aplicaciones de open goberment la utilizan.
Está la opción «cool» y obviamente de pago, francamente todas las herramientas que te permiten un Demo de 15 días gratuito empiezan por impresionarme en un sentido algo «corto» respecto a la consideración de la importancia que dan a su modelo de negocio. Sé que puedo equivocarme, pero desde la perspectiva de la investigación, no termino de hacerme a la idea de que el fin último de desarrollo de herramientas digitales sea meramente comercia, sin embargo, hasta donde puedo verla, sin pagar, es una interfaz bien diseñada que además ofrece múltiples servicios, cuida su comunidad y continúa en la investigación y desarrollo.
What if es una herramienta a la que le tengo especial cariño, sobre todo a what if Alicante, puesto que estuve muy cerca de los primeros experimentos de uso. El desarrollo fue llevado a cabo por la agencia de arquitectura Ecosistema Urbano, los mismos que luego la liberarían con una licencia GNU. What if es un tema de wordpress, esta asociación es ideal, puesto que simplifica mucho la instalación, de hecho la hemos utilizado en más de un proyecto, con diversos resultados, destacándose para mi el ejemplo de la imagen, proyecto que particularmente supimos customizar la herramienta para un mapeo activo de contrucción identitaria y participativa, pero es infinitamente práctica y creo que tiene una gran posibilidad de customización.
Finalmente me es imprescindible recordar que quedan los métodos de construcción integra de aplicaciones de geolocalizaciones y redes, dentro de esto, mi experiencia ha sido cercana a todas las aplicaciones que ha desarrollado Orsieg, y en las que o sobre las que periódicamente las hemos comentado tanto de cara a sus siguentes pasos de desarrollo, cómo a elementos incluso de forma y expectativas de propuestas en las que colaborativamente trabajamos. Dentro de éstas debo destacar que mi aunque mi punto de vista e interés se enfoca mas en lo que los mapeos colaborativos urbanos pueden suponer para el análisis de la ciudad, percibo que la tendencia de Orsieg es algo más genérica, puesto que parte desde lo que implica la semántica y las múltiples posibilidades de visualización de folksonomías para luego llegar a las aplicaciones temáticas que cada proyecto demande.
La estética odiada o Guilty pleasures (o estética urbana)
¿Dónde se aloja la fealdad?
¿os ha sucedido que muchas veces hay temas de los que prefieres no hablar?. Aquellos que cuando se los toca, sientes algo así cómo una vergüenza ajena?
El ingles, tiene cosas curiosas, una de ellas es que muchas veces logra definir cosas que en español no tienen un nombre específico, me estoy refiriendo a lo que se suele llamar Guilty Pleasures, traducido como «placeres culpables», aunque su sentido, no tan estricto, creo que es bastante más amplio, dónde es bastante ilustrativo es en la música, aquella que nos rodeaba de niños, la que escuchaban nuestros padres. No la escogimos, pero cuando nos damos cuenta es parte de nuestra estética, nos es totalmente familiar, tanto y tanto que es parte de nuestra cultura, Pero es también parte de nuestra cultura ese YO que quiero proyectar, ese «uno mismo» que construimos y en el que ocultamos lo que no se ve bien socialmente.
Algo muy similar ocurre en el espacio urbano, está la ciudad oficial, esa ciudad de los catálogos de las divisiones de turismo de los ayuntamientos y está la otra, la ciudad informal, de la que últimamente estamos aprendiendo mucho. Dentro de esta ciudad informal, me interesa mucho tanto las dinámicas que la conforman cómo los resultados que se logran…que muchas veces casi de manera espontánea surgen como resultado de procesos no planificados.
Hace poco participé en una convocatoria interesante. La Asociación de vecinos del Barrio del Pla, en Alicante, convocó a un concurso de fotografía sobre vacíos urbanos y espacios degradados. Mi propuesta la podéis encontrar en este Meipi, una colección de fotografías producto de derivas urbanas en la zona. las clasifiqué en cuatro categorías que corresponden a las siguientes definiciones:
Nombre que tomé prestado de Diana Piñeiro, con quien con algún tiempo he intercambiado comentarios y criterios acerca del estado y la apariencia de las «medianeras» en los solares en desuso, en medio de barrios consolidados. Pero el nombre de cicatrices urbanas, destaca de manera gráfica y muy sensible cómo «aféan» los solares de estas características, pero en medio de esa fealdad, se constituyen en una oportunidad inmensa por explorar, desde las posibilidades de uso en proyectos low cost, hasta la constitución de lo que podría ser una red de oportunidades urbanas, obviamente pasando por una reflexión de la ciudad como un espacio de aprendizaje y las definiciones morfológicas que sugiere.
Este es un espacio de reflexión que nació en el interior de las «casas de patio» del centro histórico de Quito, cuando luego de muchos momentos de penumbra tienes la oportunidad de «mirar el cielo», generalmente con un incomparable azul cielo, ese momento de aire, de horizonte con sabor a infinitud, que lo volví a echar de menos en Madrid cuando me di cuenta que el cielo era en gran medida el único espacio de amplitud urbana que te permite «fugar» la mirada en las ciudades densas y compactas. Esta reflexión plantea una mirada distinta a los pozos de luz y cómo la ciudad o el espacio exterior se infiltra en la densidad urbana.
Quise definir así a pequeños elementos cotidianos, sobre todo de arte urbano y más escenografías, muchas veces involuntarias, que se encuentra en el entorno urbano y que caracterizan zonas y sectores con una huella de identidad. Creo que estos elementos son parte muy importante que hablan y definen una estética y en gran medida una forma de expresión de la cultura de las personas que habitan la ciudad.