Alterotopiak [urbanBAT]

Los amigos de urbanBAT han lanzado, una vez más una iniciativa interesante, tanto por su etimología, su propósito y su metodología.  Se trata de la construcción colectiva de Alterotopiakalter: (el) otro.  topía: lugar.

Pues ahí va mi aporte:

El espacio del otro.  Me suena a un tema pendiente.  «la otredad».

El otro visto como la parte no mostrada, no consciente de uno mismo.  Ese «yo» que intento camuflar y ocultar, un «yo» que cuando transita en la ciudad tiene muy claro que hacer y por donde ir, y lo detengo y lo domino para ser «civico» y no violentar el «orden público».  entonces encuentro las huellas contrapuestas:

caminares-conducidos

El caminar prisionero y conducido.

caminos-deseados

y los caminos deseados del yo oculto.

Pero la «otredad urbana» también aparece cuando considero al otro con el que comparto la ciudad, esta consideración solamente es posible sin violencia cuando se plantea como una relación horizontal de «convivencia» (el otro como yo…en una mirada de distintos pero horizontales), puesto que la «tolerancia» es una construcción vertical, solo puede tolerar quien está arriba o abajo, las diferencias nos suman o restan posiciones que nos permiten oprimir o ser oprimidos.
de allí que una gran alternativa para indagar en el «espacio del otro» es la deriva como método de análisis del entorno urbano.

No solo de spray y paredes

Hace poco pude estar en El Museo de Atamira, una narración de 18.500 años de historia pictórica.  Más allá de muchas otra conclusiones,  me sorprendió mucho entender la que la necesidad narrativa de la cotidianidad, no es un tema inventado por los piratas hace un par de siglos ni con el graffiti en los 60`s y que esta forma de expresión es más humana que urbana, quiero decir que es la necesidad humana de marcar una presencia, un estado y éstas como partes importantes de manifestación de la identidad, son inherentes a todos como especie, a lo mejor no tan diferente a otras, a lo mejor tan simples y burdas como el pis de los perros.

altamira
Imagen mural de las Cuevas de Altamira

Luego, la verdad es que aunque los estudios de la identidad y su importancia en la dinámica urbana, tanto como en la expresión humana, están actualmente en auge y esto está permitiendo adquirir mejores tratos a la estética de las ciudades, siguen existiendo tendencias totalitarias  y cortas de conocimientos, que pretenden suprimir las posibilidades de desarrollo de paisajes urbano  más inclusivos y democráticos, sin embargo me parecen capitales para que se mantenga un «pulso» que, so pena de la clandestinidad o algún costo mas alto, a veces, termine por buscar ese espacio de expresión «marca» y construye identidad.

Esta acertada breve síntesis del arte urbano como forma de comunicación, fija claramente unos límites dentro de los que se puede concebir a día de hoy como tal, pero lo que más me inquieta, justamente son aquellos límites que encierran a los estudios urbanos dentro de lo que comprendemos como «ciudad».

¿Y qué sucede con el resto?

¿Y qué sucede con aquellas marcas que salen de «lo urbano»?

Imagen mural en el Cabo de las Huertas. Alicante

En este contexto, me parece oportuno el dar la vuelta a la premisa y considerar los «lugares» todos aquellos dónde podemos encontrar «marcas de identidad».  Podríamos incluso llegar más allá y puntualizar que aquellos sitios, edificios o espacios de territorio que carecen de «marcas de identidad», muy probablemente carezcan de elementos que les otorguen características de «lugares».   Esto es fundamental, puesto que liga el concepto de estado y presencia, a la acción de crear espacios, y desde allí, una condición más que oportuna para el reconocimiento de «las nuevas formas de espacio público», ya no desde la premisa de «lo urbano» sino desde el papel y el rol que damos a los espacios.  Desde allí, mi interés se centra en varias de éstas:  Internet como espacio urbano en la medida de la interacción que genera la capa digital entre las personas.  El caminar y el desplazamiento, el trazo mismo del movimiento, como una expresión de ese reconocimiento identitario.  La ruina cómo una expresión tangible del acumulo identitario, en último límite de fragilidad que roza la pérdida, algo como el vértigo de Kundera, del cual nos defendemos, menospreciándolo.

Mural en una «ruina» en la Serra Grossa, Alicante

Deriva en la Plaza Argel

Gracias a la publicación de Antonio Ruiz, por redes y en su blog,  conocí el magnífico monográfico que sobre derivas publicó la Revista de Estudios Urbanos y Sociales a finales de la primavera pasada.  Lecturas que no puede atender de manera pausada y sesuda hasta bien entrado el  verano, pero ha merecido la pena el hacerlo a su ritmo, puesto que  me ha provocado ir cotejando con experiencias propias y hacer un recuento sucinto de algunas de las Derivas en las que he participado y particularmente me han sorprendido, que pese al trabajo teórico que sustenta mis propuestas en cada vez, los agujeros que se escapan, no estaban mal cubiertos dentro de todo el marco tan amplio que abarca este tipo de dinámicas.  Así por ejemplo he revisado que como parte de las jornadas enREDandonos que participé hace algún tiempo, he revisado que la secuencia de actividades que para esa jornada planificamos tenía un sentido muy acertado.

El ejercicio inició con un marco teórico muy amplio que partía de la exploración histórica de la zona,  Luego hubo un momento de sensibilidad con una conferencia que hacía alusión a un Proyecto de Fin de carrera de Pepe Aracil (arquitecto), organizador del evento a nombre de ASF.

niños

Trabajo interesantísimo en el que sobre todo se podía encontrar una alta sensibilidad en el tratamiento de los imaginarios infantiles sobre la zona y la manera como los varios niños, bajo su visión y lenguaje (incluso gráfico) planteaban expectativas de su territorio, los focos de atención de estos niños, pero sobre todo, la conexión que los adultos asistentes eran capaces de hacer, recordándose a ellos como niños y extrapolando las riquezas del entorno en el que crecieron.  Luego me tocó el turno que afronté con tres secciones  de trabajo.  Una primera en la que abordé el viaje como una experiencia urbana, para lo que fue imprescindible “sentar criterios” acerca de lo que implica el viaje como instinto básico de movilidad, de dónde parte y que nos representa hoy en día en los «viajes cotidianos».
Luego, como segunda instancia, propuse el análisis de La psicogeografía como un recurso del análisis urbano, empecé ejemplificando con algunas derivas a partir de cuyas experiencias procuré dejar en claro los propósitos, la forma de trabajo y lo que suponen estos ejercicios como elemento de construcción identitaria y por tanto su importancia  en las propuestas de análisis de la intervención y propuestas  urbana.

deriva

Finalmente la tercera parte consistió en una Deriva, por el sector y en concreto con el solar que se nos había permitido intervenir para el taller de la puesta en común final.  El ejercicio fue planteado de una manera, más bien distendida, procurando colaborar en la implementación de imaginarios de los asistentes y mediante su experiencia aglutinarlos a manera de recursos para estructurar las necesidades emocionales y sensoriales que requería el proyecto.

posits

 

Un espacio final nos permitió volcar el material registrado en la deriva sobre mapas, esquemas y apuntes sobre el barrio y en concreto, el solar.

Con todo este material y otros elementos documentados y registrados como ejercicios de algunas posteriores charlas, MonoD Estudio programó un ejercicio de puesta en práctica y acción común urbana.  Una suerte de instalación urbana que se componía de elementos – deseados y su método de implantación en territorio.

campo

Todos estos pasos que he narrado, en su conjunto, representan un camino de para afrontar un diseño que a más de ser participativo, explora elementos qué, por ser producto de las derivas, proponen con un mejor acierto los imaginarios y los deseos de los vecinos.  Lo que más me interesa de esta metodología, es la magnitud en la que la comunidad, al ser partícipe de ello, asume responsabilidades sobre la planificación y con estas lecturas mencionadas, de alguna manera he validado esta alternativa.

Hackea Solanda

Este es un proyecto que desarrollamos en la primavera del 2012, al rededor de discusiones con Orsieg acerca de emociones ubicadas y una re-toma de contacto de los proyectos de espacio público que estaba desarrollando entonces David Santillán en Quito.  El proyecto en sí mismo  consistía en desarrollar una Aplicación Digital que sea capaz de capturar imágenes digitales y textos geolocalizados, asociados a un estado emocional demandado bajo las circunstancias propias del lugar.  Una emoción deseable ubicada o un recuerdo deseable ubicado.

hs logo para post

La acumulación propia de los datos captados, proporcionará un mapa sentimental colaborativo, este mapa permitirá por “densidad” ubicar los sentimientos predominantes en los escenarios del espacio público;  Datos que permitirán realizar una intervención en el territorio que genere una reacción emocional colectiva en el espacio público.

 herramienta

Se propone una aplicación online integrada en la propia web de la propuesta, consistente en un mapa interactivo con tres funciones: insertar información georeferenciada dentro del barrio de Solanda, ver ese conjunto de datos agregados por la comunidad, y ofrecer un análisis útil y propositivo de dichos datos.

Los datos (en forma de comentarios, fotos, dibujos, vídeos, …) serán, por un lado, sentimientos situados, y por otro, recursos materiales del entorno de la ciudad (materiales residuales, técnicas y tecnologías propias del lugar, etc), creando una cartografía geoemocional y de recursos útiles de este trozo de ciudad.

mapa

Dicha información se podrá agregar de dos maneras distintas: desde la web de la aplicación online, añadiendo la información en el mapa con un simple click; y desde una red social externa de publicación de noticias y emociones como Twitter: las publicaciones que se hagan desde un dispositivo móvil en el barrio aparecerán automáticamente en el mapa de la aplicación online, y lo que es igualmente importante: se expandirá también por dicha red propiciando comunicación y debate con el resto del mundo: lo que pase en Solanda no se quedará solo en Solanda.

El mapa se podrá consultar desde la página web de la propuesta, viendo a tiempo real el nuevo mapa emocional de la comunidad, cambiante y vivo. Y mostrará el análisis de la actividad comunitaria en forma de Epicentros Emocionales: ¿dónde está el centro de gravedad de la alegría del barrio esta semana? ¿Qué imágenes, palabras o videos definen esa emoción en ese lugar y en ese periodo de tiempo? El análisis dará respuesta a estas preguntas, y será utilizado para definir y ubicar los Hitos Emocionales.  Hitos emocionales además, físicos analógicos y customizables por la propia ciudadanía involucrada.

¿qué se pretendía con ésto?

Pues el Objetivo último era el empoderamiento del territorio, evidentemente de aquí se desprenden la mayor parte de los objetivos secundarios.  Los vecinos del barrio, al interaccionar en el entorno tanto físico como digital del sistema estarían incrementando su conocimiento del potencial de trabajar juntos.  La posibilidad de registro de emociones del barrio, es una ejercicio muy potente, puesto que permite ejemplificar algo íntimo y sensible, por tanto el revertir este ejercicio en iniciativas mas cotidianas puede ser mucho menos complejo.  La posibilidad de registro y manejo se emociones permite «desvestir» la emocionalidad grupal, en tal suerte sería obvio esperar una integración social al rededor de un sentimiento en común que se ve evidenciado como una realidad mayoritaria, que deja opción a la opinión pero no a la interpretación de la colectividad social.  Esto es de fundamental importancia ya que aunque el sentimiento detectado no sea positivo (tristeza, pena, frustración) el empoderamiento a través de ese aunar emocional, sigue estando activo.

GRAFICO2

Finalmente y de manera fundamental, para mi este ejercicio, a mas de aunar conceptos básicos como el ya nombrado empoderamiento del territorio por parte de los propios actores, tiene fundamental importancia puesto que ejemplifica una metodología que da lugar a una alternativa menos cientista que todo lo que se ha pretendido que sea el urbanismo.  Sobremanera si comprendemos a la ciudad somo un organismo vivo.

en este proyecto intervinieron:

idea y concepto:  Mario Hidrobo y Sergi Hernández para Activadores Urbanos.

Direción del proyecto: Activadores Urbanos.

Desarrollo y programación del mashup: Sergi Hernández.

Desarrollo de la imagen y campaña: Reding

Producción de resultados:  Arrsa

Taller para el hackeo de los Hitos:  Arrsa

Análisis SocioUrbano:  monoDestudio

Seguimiento documental:  Ciudad de la Sombra

 

Plaza pública, a vista de extranjero

He estado repasando algunos enlaces y participaciones sobre debates y discusiones acerca de nuevas o diferentes maneras de ver y/o percibir el espacio público, de cara a un proyecto de derivas que pretendo lanzar en poco y ésto me llevó a revisar la entrevista que hace algo más de un año me hiciera Niquelarte.

A propósito de re-leer esto me he dado cuenta cómo en ese entonces en alguna forma intuía el llegar a plantear dos elementos que considero a día de hoy básicos en el análisis urbano.

Por un lado, las derivas como forma de registro perceptivo de la persona en la ciudad y la segunda que es la mirada extranjera, la manera como una persona que no es nativa de un entorno urbano, es capaz de ser crítica con respecto a la ciudad en la que vive.

A propósito de ésto, me pareció oportuno reproducir la entrevista, que a más de tenerla disponible en este enlace creo conveniente que esté en el time line de mi blog, justamente por cerrar antecedentes.

Con hache y con be

Con los cinco sentidos bien puestos en un recorrido incansable por guiasentimental.es, me encuentro con la siguiente pregunta:

¿Serías capaz de mirar tu ciudad con los ojos de un extranjero?

Inmediatamente recuerdo la frase de un buen amigo que decía: «me siento como extranjero en mi propia ciudad». Yo creo que sí es posible siendo observadores, algo que a menudo olvidamos en la cotidianeidad. En palabras de María Masaguer:

«Observando el paisaje para poder trabajar sobre él”

Creemos muy necesario el trabajo de Mario Hidrobo y porque queremos saber, para observar con más detenimiento, lanzamos unas cuantas preguntas a un hombre que genera ecosistemas con muy buenos sentimientos, haciéndonos partícipes de algo que podemos explicar con palabras pero que no es sino practicándolo como se genera.

2012-11-20-20.43.23Adela Vázquez: Entre Quito y Alicante, ¿cúal es la mirada de Mario?

MH: Intento que sea una mirada atenta y sensible, que mueva cosas dentro de mí, tanto de ida como de vuelta. Que los detalles con los que me estimula la ciudad me lleven a conectar con las sensaciones de cuando se forjaron los imaginarios que se evocan y así apegarme en sentimientos, algo nostálgicos pero placenteros; aunque no siempre lo logro y eso produce incertidumbre y ésta conduce al miedo, entonces procuro que ese miedo a ratos sea el motor para querer cambiar las cosas.

AVV: ¿Qué sientes cuando imaginas la ciudad?

MH: Algo de agobio, es una dicotomía entre la ciudad de mis imaginarios y la que percibo. Intento ser consciente de que no existen dos ciudades, sino tantas como percepciones y que éstas son el resultado de una serie de detalles que percibo y que llaman a imaginarios para forjarlos bajo una realidad que ya no existe, porque ha ido cambiando con el tiempo y que tampoco la tengo a mano (de no tenerla enfrente a tenerla, ha cambiado mucho a día de hoy). Por tanto, esa ciudad imaginada es una…que fue y ya no está, pero que se quedó en los sentimientos de las vivencias que se dieron en aquellos escenarios. La sensación es un resultado de lo explicado y el enfrentarse a unos estímulos urbanos, que aunque son presentes, tendrán también un componente de los sentimientos que soy capaz de poner en las nuevas vivencias.

AVV: Acciones como hazañas, ¿necesarias para renovar los códigos?

MH: No lo creo. Lo que vendrían a ser los códigos con los que se escriben esas hazañas, dicen los entendidos, se forman de manera temprana, si no me equivoco antes de los 5 años de edad. Es tu modo de escritura; con ella has de pensar qué escribes. Yo intento escribir guiones de vivencias que estimulen los sentimientos en los que uno se siente confortable, pero no siempre sale bien. Todo esto se vive en sociedad y estás a merced de muchos estímulos, personas, límites y eso es parte de la aventura de todo ser urbano; asumir el resultado de cada hazaña es un acto de consciencia que en mi caso procuro que sea el conocimiento más que los sentimientos el que me llene, ya que no siempre puedes prever el resultado, así que prefiero sentirme vulnerable al conocimiento, más que a lo emocional.

AVV: Mapear, geolocalizar…¿crees que es fundamental en nuestros días y que la ciudad es mucho más eficiente con el uso de las nuevas tecnologías?

MH: Creo que es vital mapear, pero sería incluso más preciso registrar. La base está en asumir una condición de vivencias beta, es decir, disponernos a un proceso de análisis y síntesis que provoquen una condición de constante cambio e innovación. Creo que es una condición de la ciudadanía responsable, sobre todo asumir la ciudad como un ser vivo.
Las nuevas tecnologías han permitido muchas facilidades para ésto, desde la posibilidad de una lectura de capas en la cual estoy convencido de que internet ofrece condiciones utilitarias que permiten reemplazar lo que antes resolvíamos de manera diferente;pasando por la geolocalización, su facilidad de registro, llegando hasta la ubicuidad que nos permite una verdadera presencia en distintas locaciones de manera simultánea. Eso sí, con mucho cuidado de tendencias que se amparan en marcos tecnológicos para generar mayor consumo, como siento que es el empuje más potente de las smart cities.

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AVV: ¿Cómo se contruye un mapa sentimental?

MH: Considero que un mapa sentimental es algo más que la geolocalización de sentimientos. Es un ejercicio de doble partida.
Por un lado, el individual, que parte de un propósito interpretativo del paisaje; este mero hecho deja de lado el hedonismo urbano y considera a la ciudad, la cuestiona y permite proyectar dinámicas de cambio. Por otro lado, está el social, que es generoso y enriquece el tejido social urbano permitiendo encontrarnos con los demás vecinos en lazos muy entrañables, compartiendo sentimientos y escenarios. Ello une mucho y genera sinergias muy enriquecedoras. ¡Pero hay más! Un mapa sentimental implica un proceso de sinceridad y desviste tanto a la ciudad como a las personas. Sabemos que hablar de nuestros sentimientos es íntimo y nos cuesta. Imagina el hecho de registrarlo y compartirlo. Vivimos en una sociedad dominada, cada vez más, por el miedo; y tornarnos vulnerables nos atemoriza más, si cabe. Contar nuestros sentimientos nos descubre , nos desenmascara y evoca un pudor que no siempre tiene el poder frente a nuestras máscaras. Lo mismo sucede con la ciudad y nuestras percepciones, las enmascaramos para defendernos y ser menos vulnerables. Pero cuando somos capaces de ver ese mapa los resultados son asombrosos, yo diría, casi sanadores. Perdemos miedos y eso genera estados reales de bienestar y, yendo más allá, el ejercicio mismo provoca un efecto de espejo que permite que nos veamos por dentro y visualizar cómo nos reflejamos en los otros, en los escenarios, en la ciudad, su ecosistema y en tu propio interior.

AVV: ¿Qué papel debe desempeñar el ciudadano?

MH: Todos los papeles de la ciudad. Para empezar debemos convencernos justamente de esto. La ciudad es nuestra, es nuestro hábitat y a la vez somos parte de ella. No existe condición ajena ni de bienestar ni de malestar urbano en la que no seamos cómplices; pero esto es de nuevo un acto de conciencia del que depende que nos empoderemos de ella como primer factor para empezar a actuar. Los tiempos han cambiado y los ciudadanos que exigían sus derechos a una administración a costa de estar al día en sus impuestos cada vez son menos, el ciudadano nuevo es pro-activo, es un prosumer y ha dejado de lado la pasividad simple del consumo de ciudad para proponer; necesita hacerse sentir “construyendo ciudad” y que sus propuestas sean parte integrante de un nuevo hábitat urbano; que sus deseos, sus sueños y sus sentimientos sean parte del paisaje urbano y, por tanto, de su cotidianidad.

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AVV: Psicogeografía y urbanismo, ¿dos conceptos enredados?

MH: Totalmente y mucho más de lo que los urbanistas han aceptado hasta la actualidad. La geografía, la sociología y la biología urbana han sido capaces de explicar todos los peros, defectos y fracasos del urbanismo. Han mostrado no solamente que de seguir con el modelo retrógrado del urbanismo sobre la base del consumo nos haría acabar con el planeta, sino que dentro de esos espacios marginales casi despreciados por el urbanismo académico, como la ciudad informal, está la clave del sostén fundamental de las ciudades; nosotros, las personas, nuestras redes y nuestro conocimiento común. Es de esto de donde podemos aprender y de donde podemos generar un nuevo urbanismo.

AVV: ¿Son catalogables los sentimientos?

MH: Creo que sí, aunque tienen bordes múltiples, complejos y difusos que se van entremezclando. Entiendo que hay tendencias que hablan de seis sentimientos básicos de los que se derivan los demás, pero otras también hablan de siete u ocho. Yo prefiero ser menos purista y más inmediato. A veces creo que hay shortcuts (atajos) que funcionan mejor que las definiciones académicas sobre los sentimientos y que son distintos de unas personas o de otras. Por ejemplo, en mi caso son los olores como estímulos y los recuerdos como sensaciones; luego, hilando más fino, siempre defines sentimientos aunque cueste precisarlos.

AVV: ¿Cómo definirías Patrimonio Sentimental?

MH: Para empezar lo dividiría entre individual y colectivo.
El individual es la materia emocional con la que estamos hechos y se cimienta de manera temprana bajo muchos factores: el ambiente familiar (más próximo o cotidiano) en el que crecemos (sobre todo los primeros años); nuestras relaciones más cercanas, pero no creas que estoy hablando de relaciones simplemente emocionales personales, sino que es una amalgama de estímulos; son sonidos, olores, personas, paisajes, colores los elementos compositivos de la tramoya de los escenarios de nuestros primeros actos.
El colectivo está hecho de la misma materia pero en dimensión urbana, porque es la ciudad el espacio de la puesta en común de los elementos individuales que narraba antes. Es complejo pero a la vez exquisito. Es lo que hace ciudad y nos hace seres sociales enriqueciendo los espacios urbanos.

AVV: Conservactivando y recuperando la memoria para construir desde el presente. ¿Lo crees importante para el futuro?

MH: Sin lugar a dudas pero ¿qué conservar, ¿qué recuperar? ¿qué activar? Las respuestas definirán hacia donde vamos y lo que seremos en un futuro. Creo que es el espacio de menor consciencia en la clase política involucrada en las decisiones de carácter urbano.
Podemos ir en el otro sentido: ¿qué ciudades queremos tener mañana? Y en las respuestas tendrás muy claro qué hay que recuperar, conservar y reactivar.

AVV: ¿Y si imagináramos un centro urbano que se rige a través de buenos sentimientos? ¿Sería ideal una ciudad de estas características?

MH: Es complejo responder esto porque el ser humano está hecho de materia básica para sobrevivir y lo hace por naturaleza individualista. Sólo en conciencia social nos volvemos generosos, sólo cuando sabes que en colectividad eres más que la suma de las partes aprendes que merece la pena y es esa dinámica la que genera buenos sentimientos. Los centros urbanos están ahí, siempre los vemos más como infraestructura física vetusta antes que como escenarios de un proceso social como el que narro; por ello, las actividades que pueden sostener un centro urbano son la dinámica que suma o crece en el tejido social y son la base de cualquier centro urbano deseable

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La estética odiada o Guilty pleasures (o estética urbana)

¿Dónde se aloja la fealdad?

¿os ha sucedido que muchas veces hay temas de los que prefieres no hablar?.  Aquellos que cuando se los toca, sientes algo así cómo una vergüenza ajena?

El ingles, tiene cosas curiosas,  una de ellas es que muchas veces logra definir cosas que en español no tienen un nombre específico, me estoy refiriendo a lo que se suele llamar Guilty Pleasures, traducido como «placeres culpables», aunque su sentido, no tan estricto, creo que es bastante más amplio, dónde es bastante ilustrativo es en la música, aquella que nos rodeaba de niños, la que escuchaban nuestros padres.  No la escogimos, pero cuando nos damos cuenta es parte de nuestra estética,  nos es totalmente familiar, tanto y tanto que es parte de nuestra cultura,  Pero  es también parte de nuestra cultura ese YO que quiero proyectar, ese «uno mismo» que construimos  y en el que ocultamos lo que no se ve bien socialmente.

Algo muy similar ocurre en el espacio urbano, está la ciudad oficial, esa ciudad de los catálogos de las divisiones de turismo de los ayuntamientos y está la otra, la ciudad informal, de la que últimamente estamos aprendiendo mucho.   Dentro de esta ciudad informal, me interesa mucho tanto las dinámicas que la conforman cómo los resultados que se logran…que muchas veces casi de manera espontánea surgen como resultado de procesos no planificados.

Hace poco participé en una convocatoria interesante.  La Asociación de vecinos del Barrio del Pla, en Alicante, convocó a un concurso de fotografía sobre vacíos urbanos y espacios degradados.  Mi propuesta la podéis encontrar en este Meipi, una colección de fotografías producto de derivas urbanas en la zona.  las clasifiqué en cuatro categorías que corresponden a las siguientes definiciones:

Cicatrices urbanas

«Tiritas» Imagen: @mariohidrobo

Nombre que tomé prestado de Diana Piñeiro, con quien con algún tiempo he intercambiado comentarios y criterios acerca del estado y la apariencia de las «medianeras» en los solares en desuso, en medio de barrios consolidados.  Pero el nombre de cicatrices urbanas, destaca de manera gráfica y muy sensible cómo «aféan» los solares de estas características, pero en medio de esa fealdad, se constituyen en una oportunidad inmensa por explorar, desde las posibilidades de uso en proyectos low cost, hasta la constitución de lo que podría ser una red de oportunidades urbanas, obviamente pasando por una reflexión de la ciudad como un espacio de aprendizaje y las definiciones morfológicas que sugiere.

Miradas al cielo

«balcón» IMAGEN: @mariohidrobo

Este es un espacio de reflexión que nació en el interior de las «casas de patio» del centro histórico de Quito, cuando luego de muchos momentos de penumbra tienes la oportunidad de «mirar el cielo», generalmente con un incomparable azul cielo, ese momento de aire, de horizonte con sabor a infinitud, que lo volví a echar de menos en Madrid cuando me di cuenta que el cielo era en gran medida el único espacio de amplitud urbana que te permite «fugar» la mirada en las ciudades densas y compactas. Esta reflexión plantea una mirada distinta a los pozos de luz y cómo la ciudad o el espacio exterior se infiltra en la densidad urbana.

Maquillajes urbanos

«bmw» IMAGEN:@mariohidrobo

Quise definir así a pequeños elementos cotidianos, sobre todo de arte urbano y más escenografías, muchas veces involuntarias, que se encuentra en el entorno urbano y que caracterizan zonas y sectores con una huella de identidad.  Creo que estos elementos son parte muy importante que hablan y definen una estética y en gran medida una forma de expresión de la cultura de las personas que habitan la ciudad.

Redes y Ciudad

En la Tercera sesión del Workshop de Cultura digital e inicios de community management que dicté para el proyecto El diferencial del Centro de Arte contemporáneo de Quitose trató la comprensión de las redes desde sus principios básicos, se analizó la tipología de redes y sus visualizaciones y aplicabilidad en la comprensión de la ciudad.

Para ejercitar y comprender mejor el uso de mapas y sistemas de geolocalización hicimos un ejercicio que se lo puede encontrar en este enlace .  Se plantearon adicionalmente, varios ejercicios en los que los cursantes debían poner en práctica las temáticas y las herramientas tratadas, tanto para geolocalizar como para comprender las dinámicas de la red.

 

Finalmente se trató la relación de la construcción de la identidad digital y la ubicuidad como uno de las características para provecho de nuestras acciones diarias y profesionales, relacionadas con tejer nuestra red de relaciones digitales.

Workshop Cultura Digital

El próximo mes, del 8 al 18 de Octubre estaré impartiendo un taller en El diferencial, el espacio de tecnología del Centro de Arte contemporáneo de Quito.  

El Taller tiene una naturaleza teórica y práctica en la que intentaré llegar con lo que considero los elementos básicos de la Cultura Digital.  He diferenciado tres temas troncales para tratarlos.

Analizaremos como punto de partida la  cultura líquida sobre la base de la filosofía de Zygmunt Bauman, a manera de una forma de entender los cambios actuales.  La identidad Digital, haciendo una pequeña reseña histórica desde la Web 1.0 hasta la web semántica y las herramientas básicas de comunicación individual.  En este bloque me interesa hacer hincapié, en la manera de gestionar nuestra identidad digital con objetivos de red y mundo 2.0, lo que estará estrechamente vinculado con los ejercicios que se plantearán.

En este segundo bloque trataremos las herramientas para la comunicación digital colectiva, herramientas para la comunicación digital abierta y como trabajar en entornos digitales, aquí procuraremos sentar las bases de un trabajo colaborativo que saque el máximo provecho de los recursos de red  para contribuir tanto a nuestros trabajos de investigación como al enriquecimiento de la web semántica.  Los ejercicios que se plantearán en este módulo nos permitirán comprender el manejo de las herramientas para la comunicación colaborativa y sentar una instrumentalización para proyectos propios.

La ubicuidad y la georeferenciación, experimentaremos el trabajo colaborativo procurando crear una comunidad basada en modelos de gestión de proyectos abiertos y nos ejercitaremos bajo principios de community management y el empleo de redes sociales para investigación y difusión de contenidos.  Haremos un ejercicio de deriva urbana con sistemas de registro y mapeo digital.  El interés fundamental de este módulo es que podamos ver a la ciudad como un entorno de aprendizaje expandido, a través de documentación transmedia.

Tengo una particular ilusión en este taller, puesto que en gran medida, luego de la experiencia que realizamos junto con Activadores Urbanos el año pasado en los Barrios de la Zona norte de Alicante y de mi experiencia en Alausí a principio de año, hago un compilación de recursos y herramientas digitales como de mapeo colaborativo y oportunidades de investigación y difusión del mundo 2.0, espero que luego de esto, podamos extender las oportunidades de compartir investigaciones con estas gentiles instituciones que han confiado en esta propuesta.

 

Alausí 1

el viajero

Cuando viajas, se trastoca la cotidianidad.  Es inevitable….sales de unas rutinas y te enganchas a algo nuevo.  Un algo inesperado, un algo de desconcierto y sorpresas.  Un «algo» que te remite a experiencias anteriores y obliga a  rascar en la memoria.  Pero cuando viajas al lugar dónde se ha sembrado tu identidad, se remueven montones de imaginarios.  Ahora mismo estoy de viaje, estoy en una experiencia que me está permitiendo descubrir muchas de las inquietudes que a propósito de la construcción del Mapa sentimental de Alicante, las encontré mucho más asentadas de lo que yo imaginaba.  En aquella experiencia, pude comprender que yo había desarrollado una destreza de adaptación de algunos de mis imaginarios sentimentales, originarios de un entorno, a otra ciudad.  Pero ahora que   estoy de nuevo en aquellos escenarios, la percepción de la ciudad la encuentro diferente, siento que en principio me es algo ajena, sobre todo en cuanto al paisaje, las imágenes escenográficas de esos sentimientos, de esos recorridos, de esos edificios.  Sin embargo los códigos con los que uno se relaciona, el lenguaje, los modismos, la manera como me muevo en la ciudad, esas pequeñas detalles de un lenguaje de intercambio con el que me relaciono, esos elementos que en condición elemental permiten la supervivencia, están grabados en un espacio de mi disco duro que me permite interactuar casi de manera totalmente innata.  Esos elementos posiblemente son parte de las memoria colectiva que todos tenemos, las de unas personas distintas de otras y las de unas ciudades distintas de otras y que, insisto, son parte de una manera de sobrevivir.  En esa medida estos elementos son herramientas de comunicación y las herramientas forman parte del patrimonio, un acervo inmaterial, cambiante, vivo, muchas veces de difícil lectura y mucho más de comprensión.

¿dónde está la identidad?

Cuando derivo por una ciudad, las pistas o imágenes más representativas de esto me saltan a la vista y creo que en su «hilar en fino» se puede encontrar los rasgos más importantes de la identidad.  Descifrar una ciudad no es fácil, pero creo que es un atentado, pensar que donde no encontramos una huella clara y marcada de ese gran producto que la ciudad «vende», podemos afirmar que carece de identidad.  Éste un tema complejo, tiene componentes de demasiadas naturalezas y creo que es más franco recurrir a la intuición y a la sensibilidad para verlas, antes que pretender estudiarlas científicamente.  Claro, esto depende de la necesidad.

¿cómo precisas la identidad de una grupo humano en cuyo entorno vas o quieres intervenir?

No creo que sea inventariando las partes de su patrimonio.  creo que es comprendiendo.  confieso que no se explicarme bien…es un tema complejo, pero insisto, creo que es mejor actuar desde la sensibilidad.

Por ahora solo quiero recordar una anécdota más y es que cuando desarrollé el Mapa sentimental de Alicanteen el vídeo que representó mi trabajo final y que se adjunta en la entrada del enlace, usé la bicicleta como un medio…sostén…soporte de una deriva explicativa que mostraba el trabajo y el resultado.  Ésto es como desplegué mis imaginarios y los adapté en soportes de la nueva ciudad (Alicante) traídos de mi entorno natural, Quito.  Ahora, he tenido la oportunidad, aprovechando del Bicipaseo dominical, de hacer el recorrido en el que se cimentaron esos imaginarios.  El vídeo tiene muy poca calidad, porque fue hecho de manera muy artesanal, sobre bici alquilada y con una sola mano, pero si sois cuidadosos y se fijan sobretodo en el entorno y los sonidos, podrán percibir valores importantes.


Y si en esto debo poner banda sonora, no pensaría en otra que la improvisación que hiciera Omar Sosa sobre Quito en el Programa Carne Cruda:

enREDándonos en resumen

Como comenté anteriormente, presenté una charla con Arquitectos sin fronteras en el evento enREDándonos en la zona Norte de Alicante.  Estoy muy contento con lo que ha sido mi aporte, involucración  dentro del proceso y el resultado obtenido. La conclusión más importante que me llevo, es que todas las gestiones de esta índole generan un efecto de partida múltiple.

Por un lado, se logró el objetivo principal del curso: identificar las problemáticas y oportunidades arquitectónico/urbanas (y que yo me permito incluir «sociales«) de la Zona norte de Alicante y estimular el tejido social existente dotándolo de herramientas participativas que impulsen el activismo urbano.  Creo pertinente confesar que pudo haber una mayor asistencia de vecinos, pero igualmente, en la medida de la presencia de técnicos y gente involucrada en diversas instancias que marcan el porvenir del barrio se logró transmitir cosas muy importantes.

Rubén Bodewig hizo un  recorrido histórico de los momentos y barrios más importantes de la zona norte, desde una perspectiva del desarrollo urbano y su relación con las coyunturas históricas tanto nacionales como internacionales lo que generó un candente debate, aparentemente por intrascendencias de detalles cronológicos, que yo quise leer,  más bien como un síntoma muy interior de los vecinos, de las circunstancias reales de marginación urbana, que desde siempre ha tenido la el sector. Me ha sorprendido comprender desde la historia, cómo el urbanismo puede marcar estrategias de marginación tan radical y evidente.

Pepe Aracil, explicó otra manera de acercarnos a la arquitectura del barrio, mostrándonos como lo ven los niños, todo esto como un estudio que fue parte de su proyecto de fin de carrera.  Un trabajo muy fresco, creativo y libre, lleno casi de una «ternura plástica» que además fue un magnífico preámbulo para mi conferencia, que como lo había comentado antes, se fundamentó en tres partes:
Una primera en la que abordé el viaje como una experiencia urbana, para lo que fue imprescindible «filosofar» un poco acerca de lo que implica el viaje como instinto básico de movilidad, de donde parte y que nos representa hoy en día.
Luego, como segunda instancia, propuse el análisis de La psicogeografía como un recurso del análisis urbano, empecé ejemplificando con algunos proyectos a partir de cuyas experiencias procuré dejar en claro los propósitos, la forma de trabajo y lo que suponen las derivas como elemento de construcción identitaria y por tanto básico en las propuestas de análisis de la intervención urbana.
Finalmente la tercera parte consistió en una Deriva, por el sector y en concreto con el solar que se nos había permitido intervenir para el taller de la puesta en común final.

La segunda sesión empezó con el arquitecto Luis Cánovas quien, a través de casos reales de la Zona Norte trató de concienciarnos de la importancia del cuidado de los edificios para vivir en mejores condiciones tanto estéticas como saludables.

A continuación Laura Gea, de Activadores Urbanos, explicó a través del Urban Training una alternativa a la metodología piramidal actual del diseño urbano, la ciudad “Bottom Up” donde los ciudadanos dejan de ser meros consumidores y pasan a ser prosumers, productores de ciudad participando de forma activa en los procesos de configuración de la ciudad, recuperando el empoderamiento de los espacios comunitarios. El “Urban Training” aglutina nuevos actores, conceptos y acciones en torno al urbanismo emergente y participativo, cuyo aprendizaje, enmarcado dentro de la sostenibilidad, la autogestión y el reciclaje, dota al ciudadano de nuevas herramientas digitales, constructivas y de lectura del espacio, con el objetivo de crear redes de intereses y habilidades, capaces de generar proyectos de transformación de los espacios urbanos.  Luego, realizó un recorrido por diferentes ejemplos de acciones urbanas, uno de los instrumentos del “Urban Training” y que permiten experimentar mediante prueba-error con los elementos y escenarios del espacio urbano, generando nuevas usos y sensaciones entre los ciudadanos.  Finalmente, el trabajo conjunto de laminúscula, el fabricante de espheras y Crearqció fue fundamental, en su intervención se marcó un contexto muy importante de lo que es tomar partido en el sitio mismo de las acciones urbanas a través de la experiencia del espacio autogestionado El Solar Corona de Valencia, donde tienen cabida todo tipo de eventos culturales y de auto-aprendizaje colectivo, por parte de cualquier asociación y vecino del barrio.

El resto de las sesiones no han tenido desperdicio.  cada una ha aportado elementos fundamentales para el accionar del barrio. Llanos Rodriguez de Alicante accesible, destacó la accesibilidad como uno de los elementos del urbanismo que posibilita mayor  vulnerabilidad a los habitantes.  Jorge Toledo marcó elementos importantes dentro de lo que son las relaciones del mundo abierto, el compartir y la las redes.

Seguidamente Mono Destudio hizo una charla expositiva de como debería componerse la ciudad social, ésto como preámbulo al taller a través de su técnica de infomap para recoger los datos y elementos necesarios para el día siguiente en que enfrentamos un taller a manera de acción urbana para dejar plasmado en el solar objeto de todas las prácticas, las espectativas y necesidades del barrio.

Posteriormente a todo esto, varios de los actores de este evento nos hemos vuelto a reunir, lo que marca una importante intencionalidad por dar continuidad a los intereses por mejorar el bienestar de la zona norte.  Esperamos que continúen!!!

 

enREDándonos

Como parte de Activadores Urbanosy gracias a la invitación de Laura Gea y Pepe Aracil quienes a nombre de ASFES, Alicante han organizado una serie de charlas y talleres, hoy en la tarde presentare una exposición, reflexión y deriva-taller de la que estoy muy contento por varias razones:

Primero porque creo que es importante que disciplinas como la psicogeografía sean incluidas dentro del debate de la construcción de metodologías de urbanismo participativo.

Luego, estoy convencido de que las posibilidades de abrir espacios de participación real dentro de la gente, es una tarea de todos y en este caso vía (aunque sea económica) de la administración, es una apuesta que revertirá resultados de manera muy segura.

Me gusta compartir espacios de trabajo con gente como monoDestudio, Jorge Toledo , Ruben Bodewig y Luis Cánovasnos entendemos y creo que las sinergias que se desarrollan del compartir iniciativas nos enriquecen a todos. Por ahora quiero dejar un extracto de lo que será mi participación:

El viaje como experiencia urbana

el viaje como experiencia

Empezaré haciendo un guiño al viaje como símbolo de movimiento y contrapuesto a la inmovilidad, analizando las dos posiciones como una condición de ver la el mundo y la vida…finalmente como punsiones de vida o de muerte.  Qué sensaciones, efectos y resultados tenemos cuando viajamos y la trascendencia del viaje como metáfora de intercambio de identidades….encontrarnos con nosotros mismo o alimentarnos de nuestro entorno próximo (propio o ajeno) y los propósitos que le podemos dar a esto y su utilidad dentro de la construcción de una identidad.  Las imágenes de la propuesta las pueden encontrar aquí.

La psicogeografía como un recurso del análisis urbano

la psicogeografía como recurso de urbanismo

La conferencia se inicia haciendo un acercamiento a proyectos como the yellow arroy y varias de las propuestas de Christian Nold, para acentuar los conceptos de la cartografía emocional, luego apuesto a reflejar lo que han sigo varias de las experiencias que he tenido al respecto, tanto Hackea Solanda, proyecto que desarrollamos con Orsieg y la participación de mucho amigos colaboradores como monoDestudio, La Ciudad de la Sombra, Arrsa, Reding, David Santillán y alguno más y termino con una explicación de lo que fue mi participación en el proyecto de la guía sentimental de Alicante.  Las imágenes de la propuesta las pueden ver aquí.

Finalmente como taller y puesta en común, realizaremos una deriva en la zona, con el objeto de recavar hitos, nodos y sentimientos enlazados en la zona, lo que a posterior nos servirá para terminar mapeando el sector con una puesta en común sobre un mapa sectorial participativo, espero poder documentar adecuadamente esta parte final.

Mudando de PIEL

Lo que voy a contar no es un verso, ni quimera, es la realidad de ayer en la tarde-noche, a lo mejor es una fabula mía, pero como tal, es REAL.
He pasado varios días, casi desde que cambio el año, pensando, creyendo…convenciéndome, de que algo venía, algo terminaba, algo moría y algo estaba naciendo.  No tenía muy claro que pero como tantas otras veces he cometido el error de querer encontrarlo, definirlo y catalogarlo.  De pronto una suerte de ataque de cordura me ha llevado a tratar de escuchar a mi interior.
Intenté olvidar las categorías, la taxonomía y hacer un ejercicio de percepciones, intenté sentir y guiarme por mi intuición.
El resultado: ayer cogí mi bicicleta, usé cualquier pretexto y salí de casa, dejé que el viento me atropellara y me encontré con el Mar.
Recordé que mi compañera, cuando le alejé de su mediterráneo, me pidió prometerme que le ayudaría a que vea el mar por lo menos una vez al año.  No le entendí mucho, entonces, pero se lo cumplí y con creces, porque subimos a océano.
Recordé que conozco un querido surfero, que ahora vive en Madrid, porque tiene alma cosmopolita y como no se atreve con el manzanares, cuando está aquí, «va a ver el mar«
Recordé a Francisca, «la niña pancha» de LA TIGRA, cuando siente el llamado de la selva.
recordé que durante todo este tiempo de Mutación, una de los pesos mas grandes ha sido la ausencia de «mis montañas«, el entorno que probablemente era el icono de mi territorialidad, es decir el suelo de mi identidad.
Pues ayer, quise, necesité, ver el mar, y con ello creo que me he graduado de AQUÍ, dejando un Allá, en el interior de mis experiencias.
No contento con eso, y sobre mi bicicleta, sentí que ese llamado que tenía dentro, era a todos mis sentidos.  Era una llamada del territorio a mis percepciones y una necesidad de probar mi pertenencia.  Estaba atardeciendo y pronto obscureció, justo en el momento en que al meterme en mi pequeña ruta, empecé a sudar y aventurarme en medio de la penumbra de una noche de luna por los caminos del cabo, entre rocas, calas, algo de arena y un poco de  arbustos, sentí o me dejé llevar por los senderos, como intentando probar hasta donde llegaba mi percepción de la sinuosidad de cada sendero, de cada calita.
Cuando terminé, intacto, sin caídas y seguro de que era así porque hoy es ese mi camino, me detuve y quise grabar el sonido del mar, más que en un dispositivo, dentro mio, que creo que es el sonido que hoy llevo dentro.
Este creo que es uno de los post más íntimos que he hecho, sepan guardarlo o compartirlo, según su interior.