Llueve en mi ventana.
Las gotas tras el cristal, yo te rememoro en tantas gotas, lágrimas en vano.
Si todos nuestros llantos pudieran ser flores, si todos nuestros desesperos fueran amores, caricias, besos.
Si todas nuestros rencores, rencorcitos pequeños, pudiéramos cambiarlos por caricias, por amores, mas amores y ternuras.
En medio de esta lluvia de mediterráneo, te echo de menos. Amante ternuras, Amante compañera, te echo de menos tanto como a mi juventud arriesgada, tanto como a mi pretérito soñado; pero te echo de menos y te busco con entusiasmo, hasta alcanzarte aun que solo sea esta noche para mañana buscarte menos, porque te sentiré llegar.
DE NUEVO….