Alausí 0

Esta experiencia nace en Alicante, tierra mediterránea en la España del sur de Europa.  Paso por Miami y llego a Quito, 2800 metros de altitud al pié del volcán Pichincha.  El viaje en sí mismo me ha parecido paradójico.  El empezar en un amanecer, de tierras de amaneceres y atardeceres, por la sencillez de su topografía. En el día del viaje, observando la península desde el avión, me sorprendía cómo pueden las metáforas desvestir la historia y generar nuevos significantes. Me sorprendía cómo un suelo tan “conquistado”, por el que han pasado civilizaciones de siglos y siglos, contrasta tanto con una tierra nueva y, dentro de las tierras nuevas, la costa este de Estados Unidos, en concreto Miami, frente a Los Andes, las alturas y los contrastes tan abruptos de su naturaleza.  Si tuviera que poner banda sonora a esto, no lo haría de otra manera:

Y allí precisamente, al final de la avenida de los volcanes como lo llamó Humbodt, al pie del Chimborazo y con la mirada puesta en el Sangay y la Costa del Pacífico, está emplazada Alausí

¿Qué sé yo de Alausí?

Es la Primera ciudad de la Sierra Ecuatoriana a la que llegó el ferrocarril trasandino en 1902. Es muy importante esta cita ya que el país ofrece, en su fotografía, una marcada diferencia entre la Costa del Pacífico y la Sierra Central. Ésta obra de ingeniería, «el tren mas difícil del mundo» que une Guayaquil con Quito, se topó en su trayecto con una pared de roca que el trazado de la vía salvó con un zigzag que permite que el tren avance y retroceda paulatinamente hasta alcanzar la estación de Alausí.

La ciudad está enclavada en un pequeño valle. En mi primera visita, lo más curioso fue ver cómo la ciudad se ve desde lo más alto con techos de lámina metálica ondulada que, por su óxido, toman un color muy parecido a la teja artesanal.  De inmediato pensé que se trataba de un impacto evidente de la llegada del tren.  El país no es productor de metales y, por lo tanto, ese detalle y esa reflexión eran evidentes a la par que metafóricos; incluso diría que simbólicos. Sospecho que debe haber un Alausí antes y después de 1902, sin embargo espero que a partir de este año se sume una nueva etapa en la que el ferrocarril, ya rehabilitado, empiece de nuevo a subir y a bajar la nariz del diablo.

Esta particular circunstancia es la que hace a la ciudad. El resto, conclusión de una primera observación, habla de una ciudad de acopio de todas las zonas agrícolas indígenas, buscando aquí un punto de intercambio de todo. Una ciudad que además de haber recibido aquello que subió en el tren desde la costa, empezando por la chapa metálica para las cubiertas residenciales y acompañado de todas las mercancías que llegaban a Guayaquil por vía marítima; hasta conformar una tipología arquitectónica muy propia de la zona litoral.

El resto, creo que son más preguntas que respuestas. El proyecto de cuyo equipo formo parte tiene el encargo de poner en valor un eje de identidad de la ciudad.  Evidentemente un eje físico, trazado por el acceso del tren y su entorno inmediato. El equipo que conformamos lo vemos más bien como un eje conceptual de intervención en la puesta en valor de la identidad.

¿Cómo hacerlo de manera urbano-arquitectónica?

¿Cómo hacerlo de manera que la propuesta de intervención sea una propuesta viva, acertada y consensuada con los actores mismos, para que más allá de la construcción de las infraestructuras duras sea un proceso de empoderamiento de los valores de los emplazamientos y que dicho proceso sea el camino real para la puesta en valor?

¿Será posible bajarse del ego de arquitecto y ser un facilitador de espacios para la gestión de la identidad?

Vamos a ver cómo sale el reto.

20 Años

1   9   9   2.

Dynamo de Sodastereo, en donde el riff de inicio de Primavera 0…cantaba de manera eufórica que nadie puede vivir sin amor…que algo empezaba mientras algo pasado se iba!!!

El 14 de septiembre de 1992, dentro del programa televisivo «Ándale«, conducido por  Paco Stanley, la banda «chilanga» los Caifanes…hacen un comentario respecto a que su música surge como una inspiración de Agustín Lara, Benny Moré y los Red Hot Chili Peppers, y todo esto sucedía mientras Kiko Veneno lanzaba el «echate un cantecito«.

Estas citas…musicales…inciden en un momento en que la intención de los purismos estaba a punto de empezar una determinada decadencia, aunque sea nominal o visualizable o verbalizable.  En ese entonces, eran las corrientes filosóficas del post modernismo las que empezaban a intuir una serie de cambios que marcarán los noventas.

Estas citas me parecen oportunas, no solo porque coinciden con el año en el que terminé la carrera, sino por la manera como marcaron el panorama musical, una forma poco convencional que en gran medida intuía una serie de cambios irreversibles que innovaban los caminos anteriores con propuestas diferentes.

Hace 20 años, formalmente empecé un oficio.  Un primer proyecto,  un centro de rehabilitación para ciegos y deficiente visuales nos planteó la posibilidad de investigar acerca de las percepciones de la arquitectura, ello nos desembocó en la reflexión del espacio desde las percepciones que no implican la visión.  El olfato, el sonido, el tacto, los sentidos fisiológicamente reconocidos.  La experiencia acarreó una serie de eventos investigativos que fueron desde conversaciones largas y serias con ciegos y deficientes visuales acerca de la ciudad, la arquitectura, las percepciones, la estética del no vidente y mucho más, que independientemente del «objetivo en cumplimiento» nos enriqueció de manera muy valiosa como investigadores y siento que de alguna manera condicionó lo que luego sería mi ejercicio.  Poco después, tuve la oportunidad de hacer una especialidad  en accesibilidad lo cual para mi cerró un capítulo formativo en el tema y abrió una puerta a un ejercicio altamente específico que creo que finalmente no se termina de entender,  considerando a la accesibilidad como un compendio normativo de pasamanos y rampas, cuando su reflexión básica parte del estudio y acceso al entorno físico sin que sus limitaciones sean una condición de marginalidad para los usuario, un espacio en que quepamos todos y nos movamos con soltura, sin miedos y con deleite.  Hoy sé que eso solo es posible bajo la construcción de espacios basados en la tolerancia, las diferencias y los consensos colectivos.

Cuando por invitación de Luis López, empecé a ejercer la rehabilitación de patrimonios y todas las disciplinas y artes propias de la recuperación, pensé que me había ido totalmente de aquella línea de interés.  Fue Jorge Coellar, mi maestro de Feng shui, (termino que intento no usar, en vista de la irrefrenable prostitución que ha tenido el término en occidente) quien me guió en los conocimientos de esta disciplina ancestral china y sus relaciones con las tecnologías alternativas andinas y de éstas a la particulares propiedades de la construcción en tierra, pilar fundamental dentro de la recuperación patrimonial.   Así entonces, logré Juntar dos temas básico de mi aprendizaje, los conocimientos de arquitectura vernácula de dos puntos tan distantes y todo el fructífero trabajo que puede compartir con el estudio de Luis López, en materia de rehabilitación.

En medio de esto, el tiempo iba pasando y yo entre el diseño, la docencia y la experimentación en la rehabilitación iba aprendiendo caminos poco lineales, que me dejaban practicar sobre todo la investigación en ámbitos que cada vez se alejaban mas y mas de la arquitectura de «encargo», e iba intrigándome en la relación de esas pequeñas tareas experimentales como granitos de una construcción macro que era la ciudad.

A partir de una nueva etapa, con cambio de entorno incluida, empiezo en España a comprender otro entorno como elemento importante de mi identidad, en construcción de nuevo, y dentro de esto las líneas de trabajo que abordamos con Jorge Toledo y Laura Gea en Activadores Urbanos y entorno a herramientas digitales, empiezo a hacer ejercicios que me permiten relajar mi comprensión de la Ciudad y su complejidad desde una perspectiva más contemporánea.
A partir de la experiencia que tuve en la participación de la construcción del mapa emocional de Alicante, basado en situacionismo y psicogeografía, pensé que me estaba abriendo otro canal importante de interés, pero fue Sergi Hernández quien me ha permitido encontrar con su eGlia, que no es otro, sino que es un uno mismo y es el que se resume en la construcción de la ciudad.

20 años no son fáciles de resumir, pero me alegro de haber empezado en lo que creo que fue importante y terminar con lo que creo que soy hoy en día, como un propósito de re-definición, o de corte de cuenta.

Estoy casi de viaje, una experiencia de nuevo gracias a Luis López y su despacho, a un proyecto al que tengo muchas ganas, porque creo que es una gran oportunidad de poner en práctica muchas cosas juntas de las que ha aprendido en este tiempo y que gracias a la colaboración de Adela y María de Niquelarte espero poder documentar debidamente en al sitio mas lejano del centro de la tierra y por tanto más cercano al sol.  sé que cada vez me siento menos arquitecto…como generalmente se define la profesión, pero cada día más contento de desubrir – me – en más aprendizajes.

Me dejo mucho en el camino, los cientos de cafés y charlas con grandes amigos y maestros que han influenciado en este tiempo y a quienes les guardo inmensurable gratitud.  Gustavo Balarezo: Quien me enseñó a caminar con un fotómetro en el ojo, Socrates Ulloa: el arte, la ciudad y la bohemia.  David Santillán: montones de comida, bebida, proyectos, arte, discusiones y sueños.  Julián Salas, gran maestro y la palabra de la única estrategia de la solución a la vivienda.  Mucha gente nueva que ahora tengo suerte de tener cerca y de quien aprendo.  Domenico Di Siena: la ciudad del futuro.   José Abellán: las imágenes con caminos intuitivos acertados.  ….mis compañeros del master Diwo y egruyère, gente joven nueva y activa.

Si tuviera que agradecer, no terminaría.  Pero hay una mención que aunque no sea profesional de oficio, es personal de apetencia: gracias infinitas a mi mujer que me ha soportado en noches de concursos, tareas nocturnas, trabajos inpagados y ahora en ausencias…solo por compartir unos principios que son inalienables;  y gracias a mis tres mosqueteros, mis pequeños, que me han dejado alimentarme de ellos para tener el combustible de seguir aprendiendo.

Entre la Psicogeografía y el Feng shui

Mi padre me solía contar que cuando llegó a la capital para estudiar en la universidad, acostumbraba a dedicar los fines de semana a conocer la ciudad.  Tomaba algún autobús al azar y se dejaba llevar por la ruta de la linea escogida.  Gran metáfora: «dejar que una línea guíe tu aprendizaje», pero yo diría que mejor aún si esa línea es curva, porque pasas por más puntos.

Acaban de suceder un par de cosas que para mi son importantes:

Por un lado varias la confluencia de tres elementos, los caminos de la información dispersa, que en gran medida me ha permitido aclararme que no tengo un desajuste en mi capacidad de concentración.  Sino que definitivamente no puedo trabajar de forma lineal.

Por otro lado el gran gusto de haber cumplido con mis amigos de Galicia, con una entrevista que me ha sido muy particular ya que ha coincidido con el llevar a cabo una deriva justamente del tema tratado.  Los mapas sentimentales y la psicogeografía.  Pero aunque esa experiencia lo dejaré para otro post, estos dos elementos coincidentes han visto una oportunidad en juntarse y proyectarse a través de varias intuiciones.

Sí…no-lineales…hacia otro ámbito de investigación del territorio.  Parecerá que me he puesto místico, como efecto de las predicciones mayas, pero no.  Empiezo muy seriamente a entender donde se juntan los elementos del conocimiento científico urbano contemporáneo, con las posibilidades de aporte de otras no ciencias,  que van desde la psicogeografía hasta el feng shui.  Tengo que publicar las reflexiones que están siendo fruto de esto.

Clementina [una Flying Pigeon Original]

Primer día de verano oficial de los niños. 9 de la tarde, ataque urgente al supermercado por lechugas.  Por urgente, el coche fuera del parking en la acera de un parque cualquiera, de esos de mucho hormigón en el suelo y poco verde, poca sombra.
Banca de parque.  Mujer pasados los cincuenta y tantos, bata playera, blanca y ligera. Bolsa de fritos en la mano, sentada cómodamente tomando el fresco bajo una de las pocas sombras.
Junto a ella, una maravillosa pieza de diseño de los 50´s, hierros negros bien cuidados y brillantes, accesorios de hierro niquelado, con ligeras «pecas» de oxido», la edad se dejaba ver, pero el cuidado y la buena vida también.
Me fue irrefrenable la necesidad de contar a mis niños que en una muy similar, una Raleigh, de más de 20 kilos y sin velocidades, su abuelo había recorrido todo el país en 1950, cuando las carreteras eran empedradas y que esa historia junto con otras más fue parte de un símbolo familiar de afición a las bicicletas.
Mi Padre en 1950 al llegar a Guayaquil.
En 1950 fue cuando nació FLYING PIGEON, la bicicleta «de la china comunista«.  Claro, todos sabemos, hemos leído o someramente nos hemos enterado de la gran aportación que tuvo la bicicleta como medio de transporte en China.  Pero frente a la gran «fama» que tienen los productos chinos, ¿que puede tener de especial esa bicicleta?
Muchas cosas.  Para empezar creo que un producto (cualquiera) que se ha fabricado 75´000.000 veces, debe que tener algo extraordinario.  Sin embargo, parte de «lo extraordinario» es que no se encuentra fácilmente a la venta, de hecho en la página misma de la marca…no existe venta de stock, lo cual debe significar que se ha dejado de producir, lo que tiene mucho que ver con la tan alta como grave deserción de los chinos en el uso de la bicicleta desde los 90´s, que el consumo y el capital les permitió poquito a poco ir pasando al automóvil…vaya desgracia.
La Dueña de la bicicleta, Clementina, mujer muy simpática, de estas que en 15 minutos te cuentan gran parte de su vida, en este caso nos contó la historia de su bicicleta, yo por mi parte no perdí oportunidad para aprovechar y reforzar este símbolo tan potente que en mi familia está detrás de ella..ellas…todas la que por mi vida han pasado, por cierto espero algún día dedicar un post a la bicicleta voladora que con mi gran amigo Jaime construimos cuando niños…
En fin…esas anécdotas que te alegran el día.   Clementina me pidió el número de mi móvil y me dijo que si finalmente se vuelve a su Castilla natal, me llamará para que me haga cargo de tan preciada pieza china de colección.   Este mismo verano, María mi pequeña ha dejado los ruedines de su bici y ahora es totalmente autónoma y va con gran futuro sobre su bici rosa.
Los días pasan y en este verano han  sucedido cosas maravillosas a las que siempre intento darle una vuelta de tuerca para tratar de entender más de las cosas que por ahí están y no nos detenemos a entenderlas.
Las bicicletas…el equilibrio, símbolos, contenidos, continentes, textos e hipertextos…ahora sé que soy algo más que mis circunstancias.
UPDATE
02/10/2013
Clementina me ha llamado y ha hecho efectivo su ofrecimiento.  Hoy tengo una flaying pigeon en mi garaje.  Estoy muy contento!!!

Sucumbir frente al teclado entre «Seda» de Baricco

He encontrado una ligera descripción de la poética y la erótica, dos conceptos que casi siempre los veo envueltos en un tul semi transparente del deseo.
lo más parecido a lo que creo que me dice el libro «Seda« de Alessandro Baricco.

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Casi que llego a sollozar, para contar el miedo que tengo a soltarme frente al tejado.
Ese vertido de saber que tiene su brujería
su vicio… su adicción…y luego…
no la puedes soltar.
Como el deseo, como sucumbir en una caricia, un beso, un gemido al oído, así me llama este teclado sensual y erótico, encantador y llenador.

AHORA YA! ! !
…siento esa sensación de los cuerpos desnudos,
¿como llamarla?
confianza?
seguridad?
llenadez?
satisfacción?
a lo mejor solo un
ya! ! ! .

Pero es etéreo, es fugaz, como una receta de cocina…que es mil cosas a la vez…casi parecido a un persona.  La incertidumbre y desasosiego de querer sucumbir a un deseo.

Poniendo al Día

Se ha terminado el verano…y ha estado movidillo…yo con este fin de Agosto he marcado una etapa de hacer cosas que me ha obligado a documentar poco o casi nada, pero esto es bueno, porque ahora tengo mucho que documentar, tengo mucho material que procesar en unas «mini» vacaciones que me daré para poder procesar mucho material.

Ibiza,-atardecer
Foto JokH

Esto es bueno también porque reitera el principio de muchas de las principales cosas que me mueven ahora, el aprender haciendo, no es tan fácil y aunque desarrollas didáctica en esto yo intento ser objetivo y sé que lo documental es uno más de mis lados muy débiles, pero solo se resuelve poniéndose.  Hoy he terminado una etapa importante de hacer y ahora hay que procesar, algo de registro si que tengo y de ahí partiré.

Dos bandas y un destino


A los coronas les conozco desde hace mucho, y la verdad es que una de las cosas que más les agradezco es que a propósito de ellos pude conocer a San Pascualito Rey y otras bandas mexicanas que están, como dicen ellos «de madre». Es difícil que en estos días aparezca algo diferente, pero hacer más de 10 años rock instrumental, garajero con aires de surf, son palabras mayores.

De Arizona baby no sabía mucho, más que lo obvio por su titulo, pero cuando les escuche, no dudé en confirmar que era gente seria, música muy seria. El día que supe que se unian en una gira que provocara un EP, creí que realmente ahora cuando todo esta inventado y cuando la cibernética con come, es el momento perfecto para creer en la intuición. Sabía que tenian que unirse, y ellos lo sabían mejor que yo, gracias a Dios. Ahora que el material de esa gira circula ya en la red, es espectacular. Pero no me quedo allí, y es que en una entrevista les pude escuchar un comentario que más o menos iba por aquí.
«En tercero de rock, apenas empiezas a entender que las versiones suenan distinto al original y es porque tiene que ser así, en cuarto de rock te pudes atrecer con algo de Pink Kloyd, pero solo en quinto de rock, puedes empezar a hacer versiones»…Esto es ciencia! ! !
para concluir quiero enfatizar la exquisites de estos músicos, al haber peermitido que se junten en un EP black sabbat, Pinck floyd y Alci Acosta. Magistrales.

Entre relójes y metáforas

La serendipia es viral, cuando encuentras una, esta estimula a la vez una alerta en la mente y ella hacer que encuentres más, esto es gracias a un efecto modélico de las estructuras fractales, pero de ello hablaré más bien en el blog técnico, porque creo que tiene más bien que ver con las estructuras urbanas.
Hoy he venido a contar que una serendipia me ha llevado a encontrar una metáfora que a manera de oráculo se me ha dejado leer, es esta:
los relojes siempre han sigo un objeto importante en mi vida.  El origen de ese significado creo que se lo debo a mi padre, en cierta medida.
Cuando era niño, me regalaron uno.  Barato, cualquier cosa, pero que desde que lo tuve, a los 5 o 6 años, no me lo saqué hasta que pude tener uno nuevo.  Este segundo, ya digital, pues el primero era de cuerda,  me duró casi hasta terminar la adolescencia.  Mientras tanto, siempre mantuve un determinado celo con mi hermano, pues él se hacía acreedor de los relojes de mi padre, cada vez que este decidía cambiar.  Así desde muy pronto siempre tuvo el privilegio de usar uno más significativo que otro;  Y digo significativo, porque no necesariamente eran lujosos ni caros.  A día de hoy creo que fundamentalmente eran simbólicos.  Era el reloj de Papá. El que nunca lo tuve.  Pasado el tiempo, el reloj, el símbolo, en mí fue tomando valor y forma.  Un Swiss Army, fue una de mis adquisiciones más importantes.  Yo solía contar que llegó a mi relacionado con uno de mis primeros sueldos después de acabar la carrera.  Pero ahora ya casi 20 años delante, entiendo que no lo hubiera tenido de no ser por una persona que en ese momento representó el retorno a mi centro,  un día que me perdí, esa persona marcó el momento en que volví a estar conmigo mismo y ese reloj desde entonces ha tenido ese significado para mí.  Mi yo antiguo, cuando logre volver a mí.
Días antes de dejar mi País mi padre un poco en broma y un poco en serio decidió darme lo que varias veces habíamos discutido que era la herencia que yo quería.  Sus libretas de calificaciones, su calculadora mecánica y Él decidió incluir algo más.  Era su reloj de oro, el más querido y más preciado, un Omega automático, que a día de hoy siento que es mi conexión con mi identidad original, aquella de la que queda mucho pero sigue cambiando.
Días antes de casarme, mi mujer me regaló un reloj que no me gustó para nada, era totalmente gris metálico y brillante, conceptos que siempre los he considerado antagónicos a mi. Pues fuimos juntos y lo cambiamos por uno de mi gusto.  Un Time Force de marco y pulsera marrón, es uno de los que más quiero y uso más cotidianamente .
Una mañana de un invierno exquisito en Madrid, con mi gran amiga Pilar, pasamos por la tienda Muji de Fuencarral, entramos a deleitarnos del gusto y sencillez del diseño Japonés  y vi allí un reloj brutalmente simple: Pulsera negra de vinilo, marco redondo gris mate y en el lugar de los números, ligerísimas estelas grises mate.  Minutero y horero, lineas de ida y vuelta en negro de un grosor casi imperceptible, como un cabello.  Cuando lo vi, le dije a Pilar: !!mira un reloj de arquitecto!!Pilar hizo un comentario tan fino como solo ella los tiene y supe que terminaría comprando.
Y así uno a uno han ido llegando por distintas vías uno tras otro que para mi tienen significado y significante a manera de nombre y apellido.
El de Leonardo da Vinci, sencillo, con su rostro y camina en sentido anti horario. ¿a lo mejor mi vocación?
Un Coronel Tapioca, que llegó a mi un día de aventura total, ¿a lo mejor la necesidad de encontrar un norte?
Un Polar con pulsómetro, el compañero de aventuras de bicicleta ¿tal vez un símbolo de mi salud?
Un Massimo Dutti, el que más me gusta, ¿a lo mejor mi ego, mi autoestima, mi cariño por mi mismo?
y así…
No son muchos, no son valiosos, pero para mi se han convertido en un oráculo, más ahora que los he dejado hablar o he aprendido a escucharlos.
Ayer al momento de meterme a la ducha me saqué el que llevaba puesto y caí en la cuenta de que se había detenido.  Luego de ducharme y sortear el cambio, me fijé que por primera vez tenía más de uno parado y por distintas razones…pretextos más bien, los había dejado así.  Hoy sé que cada uno me ha dado su mensaje..y afortunadamente me apetece abrir las orejas y escucharlos:
El tan preciado regalo de mi padre, hace casi dos años que lo lo pongo en marcha, ha tenido varias averías y luego de gastar en sus reparaciones, me cansé y ahora yace en el fondo del cajón de mi mesa de noche, lo limpio, lo saco de vez en cuando, lo mimo, pero lo dejo ahí, como si de una identidad primigenia se tratara.
Hay varios más que casi no los uso, simplemente porque no me apetece, porque creo que deben estar ahí guardados siendo a la vez parte de mi.  El Polar, mi salud va fenomenal y está siempre listo y dispuesto para un esfuerzo.
Hoy le he cambiado de pila al de mi gusto, al que creo que hoy debo usarlo. ¿a que no adivinan cual es?.
Dos meses más tarde de la publicación de este post, he querido entrar a re-editarlo y contar que hace más de dos semanas que no uso reloj…aún no lo entiendo.

 

Mudando de PIEL

Lo que voy a contar no es un verso, ni quimera, es la realidad de ayer en la tarde-noche, a lo mejor es una fabula mía, pero como tal, es REAL.
He pasado varios días, casi desde que cambio el año, pensando, creyendo…convenciéndome, de que algo venía, algo terminaba, algo moría y algo estaba naciendo.  No tenía muy claro que pero como tantas otras veces he cometido el error de querer encontrarlo, definirlo y catalogarlo.  De pronto una suerte de ataque de cordura me ha llevado a tratar de escuchar a mi interior.
Intenté olvidar las categorías, la taxonomía y hacer un ejercicio de percepciones, intenté sentir y guiarme por mi intuición.
El resultado: ayer cogí mi bicicleta, usé cualquier pretexto y salí de casa, dejé que el viento me atropellara y me encontré con el Mar.
Recordé que mi compañera, cuando le alejé de su mediterráneo, me pidió prometerme que le ayudaría a que vea el mar por lo menos una vez al año.  No le entendí mucho, entonces, pero se lo cumplí y con creces, porque subimos a océano.
Recordé que conozco un querido surfero, que ahora vive en Madrid, porque tiene alma cosmopolita y como no se atreve con el manzanares, cuando está aquí, «va a ver el mar«
Recordé a Francisca, «la niña pancha» de LA TIGRA, cuando siente el llamado de la selva.
recordé que durante todo este tiempo de Mutación, una de los pesos mas grandes ha sido la ausencia de «mis montañas«, el entorno que probablemente era el icono de mi territorialidad, es decir el suelo de mi identidad.
Pues ayer, quise, necesité, ver el mar, y con ello creo que me he graduado de AQUÍ, dejando un Allá, en el interior de mis experiencias.
No contento con eso, y sobre mi bicicleta, sentí que ese llamado que tenía dentro, era a todos mis sentidos.  Era una llamada del territorio a mis percepciones y una necesidad de probar mi pertenencia.  Estaba atardeciendo y pronto obscureció, justo en el momento en que al meterme en mi pequeña ruta, empecé a sudar y aventurarme en medio de la penumbra de una noche de luna por los caminos del cabo, entre rocas, calas, algo de arena y un poco de  arbustos, sentí o me dejé llevar por los senderos, como intentando probar hasta donde llegaba mi percepción de la sinuosidad de cada sendero, de cada calita.
Cuando terminé, intacto, sin caídas y seguro de que era así porque hoy es ese mi camino, me detuve y quise grabar el sonido del mar, más que en un dispositivo, dentro mio, que creo que es el sonido que hoy llevo dentro.
Este creo que es uno de los post más íntimos que he hecho, sepan guardarlo o compartirlo, según su interior.

A María Pajarito

Hoy he tenido un romance, romance infantil y de caricias.
El romance de la única mujer a la que he visto nacer y la única por la que daría mi vida para que no creciera más. Mientras acariciaba y peinaba su pelo húmedo, algo enredado, en la mitad de sus sollozos, por el tirón del pelo al pasar el cepillo, he pensado que le querría más, algo calva para no hacerle daño. Le querría algo más si pudiera congelar su mirada, para dejar de verla crecer, alistarse y volar.
Le quisiera algo más si pudiera entender por qué se me hace tan duro ser papá.
Porque hoy con su pequeña carita entre mis manos, he visto una mirada de amor tan grande ante mis lágrimas que sé que será eterna, solo por eso sé que le ayudaré a volar.

Juan José Millas y Lo que sé de los hombrecillos

Acabo de leer esta novela de Juan José Millas y creo que hay mucho que decir. Me ha gustado, me ha entretenido pero sobre todo me la he vivido.

Cuando uno asume una experiencia creo que esta se rodea de sucesos, con esta novela me ha sucedido eso, es que ha coincidido con varios episodios que intentaré narrarlos y es que la verdad lo he disfrutado mucho más que el libro por si mismo.

Primero sucedió que escuche del lanzamiento del Libro de camino a una reunión, afortunadamente y como siempre intento ir con tiempo ya que la zona es altamente complicada de aparcar, tenía el tiempo suficiente para ello pero no para parar a comprar el libro, cuya librería estaba a corta distancia de la reunión (en coche) pero a alguna más importante andando. De todas formas y casi por sacarme el gusanillo, pasé por la librería y encontré un -milagroso- sitio para aparcar en la puerta misma. Lo cual para mi quiso decir que el libro tenía que ser mío.
lo he leído poco a poco durante la semana, con esfuerzos grandes de detenerme par descansar ya que podía seguir y seguir. faltándome dos capítulos para terminar, escucho una entrevista en la radio, en la cual el autor (que es partícipe del programa radial) era preguntado por lectores (a manera de tertulia de lanzamiento), pero entre las intervenciones me llamó mucho la atención de una mujer de algún país oriental que estaba haciendo una tesis doctoral acerca del autor. De pronto y mientras hacía la compra y escuchaba la radio con mis audífonos conectados a la radio de mi móvil, me puse a pensar en lo que realmente significaba para esa mujer, que había seguido por tanto tiempo y con tanto sacrificio al autor, estar hablando con Él. La verdad es que me emocioné mucho y hasta tuve que disimular las caras que hacía, ya que no eran las dignas de un supermercado ni de la compra.
Esa noche mismo tuve la obligación de terminar la novela, que está bien, excepto por el final. Habría esperado algo tan creativo y emocionante como el desarrollo, pero no. Es una historia a lo Norteamericano, con final feliz, que creo que realmente le hace perder mucho, casi y diría que la aborta.
pero subyace algo para mi mucho más importante que la historia misma. Es como que quisiera entender que detrás de ella hay un guión, una estructurada estrategia de decirnos todo lo que no está escrito en la novela pero que todos lo entendemos. Ese voyerismo, una historia paralela construida con elementos puramente simbólicos. El huevo, la ropa interior, el sexo anatómico. El vértigo y el miedo, más que el abismo y el asesinato…creo que es una maravillosa novela por todo lo que no está en sus letras, sino en el entendimiento implícito que te deja el leerla. Grande, muy grande Millas.

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