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Dynamo de Sodastereo, en donde el riff de inicio de Primavera 0…cantaba de manera eufórica que nadie puede vivir sin amor…que algo empezaba mientras algo pasado se iba!!!
El 14 de septiembre de 1992, dentro del programa televisivo «Ándale«, conducido por Paco Stanley, la banda «chilanga» los Caifanes…hacen un comentario respecto a que su música surge como una inspiración de Agustín Lara, Benny Moré y los Red Hot Chili Peppers, y todo esto sucedía mientras Kiko Veneno lanzaba el «echate un cantecito«.
Estas citas…musicales…inciden en un momento en que la intención de los purismos estaba a punto de empezar una determinada decadencia, aunque sea nominal o visualizable o verbalizable. En ese entonces, eran las corrientes filosóficas del post modernismo las que empezaban a intuir una serie de cambios que marcarán los noventas.
Estas citas me parecen oportunas, no solo porque coinciden con el año en el que terminé la carrera, sino por la manera como marcaron el panorama musical, una forma poco convencional que en gran medida intuía una serie de cambios irreversibles que innovaban los caminos anteriores con propuestas diferentes.
Hace 20 años, formalmente empecé un oficio. Un primer proyecto, un centro de rehabilitación para ciegos y deficiente visuales nos planteó la posibilidad de investigar acerca de las percepciones de la arquitectura, ello nos desembocó en la reflexión del espacio desde las percepciones que no implican la visión. El olfato, el sonido, el tacto, los sentidos fisiológicamente reconocidos. La experiencia acarreó una serie de eventos investigativos que fueron desde conversaciones largas y serias con ciegos y deficientes visuales acerca de la ciudad, la arquitectura, las percepciones, la estética del no vidente y mucho más, que independientemente del «objetivo en cumplimiento» nos enriqueció de manera muy valiosa como investigadores y siento que de alguna manera condicionó lo que luego sería mi ejercicio. Poco después, tuve la oportunidad de hacer una especialidad en accesibilidad lo cual para mi cerró un capítulo formativo en el tema y abrió una puerta a un ejercicio altamente específico que creo que finalmente no se termina de entender, considerando a la accesibilidad como un compendio normativo de pasamanos y rampas, cuando su reflexión básica parte del estudio y acceso al entorno físico sin que sus limitaciones sean una condición de marginalidad para los usuario, un espacio en que quepamos todos y nos movamos con soltura, sin miedos y con deleite. Hoy sé que eso solo es posible bajo la construcción de espacios basados en la tolerancia, las diferencias y los consensos colectivos.
Cuando por invitación de Luis López, empecé a ejercer la rehabilitación de patrimonios y todas las disciplinas y artes propias de la recuperación, pensé que me había ido totalmente de aquella línea de interés. Fue Jorge Coellar, mi maestro de Feng shui, (termino que intento no usar, en vista de la irrefrenable prostitución que ha tenido el término en occidente) quien me guió en los conocimientos de esta disciplina ancestral china y sus relaciones con las tecnologías alternativas andinas y de éstas a la particulares propiedades de la construcción en tierra, pilar fundamental dentro de la recuperación patrimonial. Así entonces, logré Juntar dos temas básico de mi aprendizaje, los conocimientos de arquitectura vernácula de dos puntos tan distantes y todo el fructífero trabajo que puede compartir con el estudio de Luis López, en materia de rehabilitación.
En medio de esto, el tiempo iba pasando y yo entre el diseño, la docencia y la experimentación en la rehabilitación iba aprendiendo caminos poco lineales, que me dejaban practicar sobre todo la investigación en ámbitos que cada vez se alejaban mas y mas de la arquitectura de «encargo», e iba intrigándome en la relación de esas pequeñas tareas experimentales como granitos de una construcción macro que era la ciudad.
A partir de una nueva etapa, con cambio de entorno incluida, empiezo en España a comprender otro entorno como elemento importante de mi identidad, en construcción de nuevo, y dentro de esto las líneas de trabajo que abordamos con Jorge Toledo y Laura Gea en Activadores Urbanos y entorno a herramientas digitales, empiezo a hacer ejercicios que me permiten relajar mi comprensión de la Ciudad y su complejidad desde una perspectiva más contemporánea.
A partir de la experiencia que tuve en la participación de la construcción del mapa emocional de Alicante, basado en situacionismo y psicogeografía, pensé que me estaba abriendo otro canal importante de interés, pero fue Sergi Hernández quien me ha permitido encontrar con su eGlia, que no es otro, sino que es un uno mismo y es el que se resume en la construcción de la ciudad.
20 años no son fáciles de resumir, pero me alegro de haber empezado en lo que creo que fue importante y terminar con lo que creo que soy hoy en día, como un propósito de re-definición, o de corte de cuenta.
Estoy casi de viaje, una experiencia de nuevo gracias a Luis López y su despacho, a un proyecto al que tengo muchas ganas, porque creo que es una gran oportunidad de poner en práctica muchas cosas juntas de las que ha aprendido en este tiempo y que gracias a la colaboración de Adela y María de Niquelarte espero poder documentar debidamente en al sitio mas lejano del centro de la tierra y por tanto más cercano al sol. sé que cada vez me siento menos arquitecto…como generalmente se define la profesión, pero cada día más contento de desubrir – me – en más aprendizajes.
Me dejo mucho en el camino, los cientos de cafés y charlas con grandes amigos y maestros que han influenciado en este tiempo y a quienes les guardo inmensurable gratitud. Gustavo Balarezo: Quien me enseñó a caminar con un fotómetro en el ojo, Socrates Ulloa: el arte, la ciudad y la bohemia. David Santillán: montones de comida, bebida, proyectos, arte, discusiones y sueños. Julián Salas, gran maestro y la palabra de la única estrategia de la solución a la vivienda. Mucha gente nueva que ahora tengo suerte de tener cerca y de quien aprendo. Domenico Di Siena: la ciudad del futuro. José Abellán: las imágenes con caminos intuitivos acertados. ….mis compañeros del master Diwo y egruyère, gente joven nueva y activa.
Si tuviera que agradecer, no terminaría. Pero hay una mención que aunque no sea profesional de oficio, es personal de apetencia: gracias infinitas a mi mujer que me ha soportado en noches de concursos, tareas nocturnas, trabajos inpagados y ahora en ausencias…solo por compartir unos principios que son inalienables; y gracias a mis tres mosqueteros, mis pequeños, que me han dejado alimentarme de ellos para tener el combustible de seguir aprendiendo.
Una respuesta a «20 Años»