«la cosa»

Poner nombre a las cosas es reconocerlas.  Nombrarlas es anular la posibilidad de ignorarlas.

la-cosa

Recuerdo aquellos amigos de la época de estudiantes de quienes cuyo nombre no lo puedes recordar, era porque no destacaban, no se «hacían ver», más allá de un juicio de valor al cómo y al por qué.  Muchas veces recuerdas de ellos alguna anécdota, algún rasgo particular, pero se te va su nombre.

Políticamente, una de las estrategias muy venidas a más es tratar de «complicar» términos a fin de «opacar» su concepto.  Se le llama movilidad internacional laboral a la migración, con ello se intenta matizar un término, aparentemente complicándolo pero realmente ocultando sus razones claras y de fondo.  Es una manera de negarlo.

Conocí una familia a cuyo novio de la hija lo llamaban «Éste».  El chico tenía nombre y apellido, pero todos, la interesada incluida lo llamaban Éste, casi como si de un apodo se tratara, pero no lo era.

En nuestra lengua está reconocida la «media verdad» como una declaración engañosa.

Vamos!!!»que por angas o por mangas», el tema es que hay un sentido sub contextual en el hecho de ocultar, de esconder.  Voy a cumplir diez años en esta tierra mediterránea a la que le tengo inmensa gratitud y cariño, pero debo confesar que hay gran parte de estos «lenguajes» que aún no soy capaz de aprender a manejar.

2016-02-28-10.14.09

—La cosa—, dice la gente. —La cosa—se está componiendo.

Así se refieren a la reaparición de grúas y una que otra parcela, que luego de haber ganado ociosa plusvalía, empieza a verse con movimiento de tierras y el trajinar de obreros de construcción que vuelven a la carga.  Con toda certeza, esta afirmación:»la cosa se está componiendo», tiene  que ver con la ignorancia de no poner nombre a un hecho, fenómeno social culpable de muchas de las dificultades que estamos viviendo.  Tiene que ver también con un optimismo de que «a todos nos vaya mejor», con esa ilusión de que salgamos de una época mala y volvamos a lo mas parecido posible del «estado del bienestar», esa época en donde probablemente muchos vivíamos más allá de nuestras posibilidades y sobre todo nos ilusionamos tanto y tanto, que no fuimos capaces de ver que el «estado de bienestar» era un caldo de cultivo de la corrupción, el clientelismo, pero sobre todo una injusticia social que nos engañó a todos, haciéndonos pensar que era normal un estado de absoluto despilfarro, en donde las escalas y proporciones de beneficios se fueron de las manos y muchas profesiones y oficios se «crecieron» muchísimo más allá de la realidad.

¿Que nos queda?

Yo apuesto a la reflexión, darnos cuenta que los pocos proyectos de edificación que se levantan, si bien no son un timo, si que siguen siendo en gran medida, el símbolo de un error.  Son la escenografía de una obra de teatro de lo mas nocivo y cruel que ha vivido el sur de Europa y gran parte del resto del mundo y que ha coincidido con una crisis no solo económica, sino ética, política.  Pero sobre todo no es un símbolo de que las cosas van a ser mejores mañana, ni menos aún símbolo de arquitectura o industria.

 

Comprender Internet

Muchos hemos tenido una anécdota de facebook: el ex compañero de cole que aparece a los 20 años, en Australia, casado con la mejor amiga de su vecina, con trabajo estable, niños, perro y sol.

¿Pero como nos encontró?

…ahhh, sí es que facebook es la leche…
Yo un día abrí la aplicación del móvil y ahí estaba la solicitud de amistad.  Bueno, es que la verdad es que siempre fue un crack para la informática.

Los de la farmacia de la esquina si que están en todo, he puesto en el buscador mi dirección y la palabra «farmacia» y me salen ellos los primeros, con dirección, página web, teléfono y facebook.
!Eso les debe costar un pastón!
Todos estos comentario y muchísimos más se nos han pasado por la cabeza mas de una vez o los oímos a diario y no terminamos de detenernos y ponerles más atención de la que nos permite disfrutar de la sorpresa, o nuestra mera utilidad puntual.  Pero detrás de ello hay todo un sistema, toda una lógica y toda una dinámica que más que costosa es de conocimiento.
Internet es un tecnología Disruptiva, de estas han habido pocas en la historia de la humanidad.  La tecnología lítica, por ejemplo,  la capacidad de cazar a distancia con piedras talladas como puntas de lanzas lograron que el «hombre» ya no tenga que enfrentarse a sus presas cuerpo a cuerpo.  Esa supremacía sobre su presa, su alimento, le permitió re-pensar las dinámicas laborales y pronto se dieron cuenta que los miembros de la tribu más hábiles en la motricidad fina, con las manos, eran mejores para labrar esas «lanzas o flechas», mientras los mas rápidos y fuertes eran eficaces para correr tras la presa y acertar en el blanco.  Ese fue el inicio de la división del trabajo.  Este cambio en la evolución humana, fue cómplice de un aumento de las proteínas en nuestra dieta, en especial carne animal que solo se la podía consumir en fresco y dejamos un poco la recolección de frutos, nos volvimos algo mas sedentarios y a la larga sería parte de las razones para el aparecimiento de la agricultura y por ella de las ciudades.
Algo similar pasa con Internet.  Solo que es mas «importante y productivo» que no nos demos cuenta y que estemos entretenidos en la anécdota de facebook, en comprar la nueva tablet, o descargando aplicaciones que procuran «hacernos mas fáciles» las cosas.
e-t-i
Pero:
¿ y si yo soy parte de ello?,
¿y si consigo que sea mi empresa la que de la sorpresa  de mi amigo de cole, a mis nuevos clientes?
¿y si te digo qué la sabiduría de la farmacia de la esquina, la puedes hacer tú mismo con cuatro consejos y menos de una hora?
De esto va el curso que ofreceremos, por invitación de Rambla work Center, el próximo mes de octubre, junto con Laura Vilanova.  Yo procuraré explicar como veo Internet, desde la evolución, la tecnología y la innovación, haciendo un particular hincapié en las herramientas y las actitudes digitales.  Espero que esta introducción al mudo de la red, sea una contribución importante para pymes y público en general ya que atañe a una realidad que no volverá hacia atrás y solo tenemos oportunidad de engancharnos ya.  Al final del curso, realizaremos una sesión personalizada para procurar un plan de redes hecho a medida.
Si tienes interés en apuntarte al curso, puedes visitar la página de él en Rambla work Center o nos puedes contactar en este enlace, o simplemente a cualquiera de nuestras identidades Digitales.

No solo de spray y paredes

Hace poco pude estar en El Museo de Atamira, una narración de 18.500 años de historia pictórica.  Más allá de muchas otra conclusiones,  me sorprendió mucho entender la que la necesidad narrativa de la cotidianidad, no es un tema inventado por los piratas hace un par de siglos ni con el graffiti en los 60`s y que esta forma de expresión es más humana que urbana, quiero decir que es la necesidad humana de marcar una presencia, un estado y éstas como partes importantes de manifestación de la identidad, son inherentes a todos como especie, a lo mejor no tan diferente a otras, a lo mejor tan simples y burdas como el pis de los perros.

altamira
Imagen mural de las Cuevas de Altamira

Luego, la verdad es que aunque los estudios de la identidad y su importancia en la dinámica urbana, tanto como en la expresión humana, están actualmente en auge y esto está permitiendo adquirir mejores tratos a la estética de las ciudades, siguen existiendo tendencias totalitarias  y cortas de conocimientos, que pretenden suprimir las posibilidades de desarrollo de paisajes urbano  más inclusivos y democráticos, sin embargo me parecen capitales para que se mantenga un «pulso» que, so pena de la clandestinidad o algún costo mas alto, a veces, termine por buscar ese espacio de expresión «marca» y construye identidad.

Esta acertada breve síntesis del arte urbano como forma de comunicación, fija claramente unos límites dentro de los que se puede concebir a día de hoy como tal, pero lo que más me inquieta, justamente son aquellos límites que encierran a los estudios urbanos dentro de lo que comprendemos como «ciudad».

¿Y qué sucede con el resto?

¿Y qué sucede con aquellas marcas que salen de «lo urbano»?

Imagen mural en el Cabo de las Huertas. Alicante

En este contexto, me parece oportuno el dar la vuelta a la premisa y considerar los «lugares» todos aquellos dónde podemos encontrar «marcas de identidad».  Podríamos incluso llegar más allá y puntualizar que aquellos sitios, edificios o espacios de territorio que carecen de «marcas de identidad», muy probablemente carezcan de elementos que les otorguen características de «lugares».   Esto es fundamental, puesto que liga el concepto de estado y presencia, a la acción de crear espacios, y desde allí, una condición más que oportuna para el reconocimiento de «las nuevas formas de espacio público», ya no desde la premisa de «lo urbano» sino desde el papel y el rol que damos a los espacios.  Desde allí, mi interés se centra en varias de éstas:  Internet como espacio urbano en la medida de la interacción que genera la capa digital entre las personas.  El caminar y el desplazamiento, el trazo mismo del movimiento, como una expresión de ese reconocimiento identitario.  La ruina cómo una expresión tangible del acumulo identitario, en último límite de fragilidad que roza la pérdida, algo como el vértigo de Kundera, del cual nos defendemos, menospreciándolo.

Mural en una «ruina» en la Serra Grossa, Alicante

Deriva en la Plaza Argel

Gracias a la publicación de Antonio Ruiz, por redes y en su blog,  conocí el magnífico monográfico que sobre derivas publicó la Revista de Estudios Urbanos y Sociales a finales de la primavera pasada.  Lecturas que no puede atender de manera pausada y sesuda hasta bien entrado el  verano, pero ha merecido la pena el hacerlo a su ritmo, puesto que  me ha provocado ir cotejando con experiencias propias y hacer un recuento sucinto de algunas de las Derivas en las que he participado y particularmente me han sorprendido, que pese al trabajo teórico que sustenta mis propuestas en cada vez, los agujeros que se escapan, no estaban mal cubiertos dentro de todo el marco tan amplio que abarca este tipo de dinámicas.  Así por ejemplo he revisado que como parte de las jornadas enREDandonos que participé hace algún tiempo, he revisado que la secuencia de actividades que para esa jornada planificamos tenía un sentido muy acertado.

El ejercicio inició con un marco teórico muy amplio que partía de la exploración histórica de la zona,  Luego hubo un momento de sensibilidad con una conferencia que hacía alusión a un Proyecto de Fin de carrera de Pepe Aracil (arquitecto), organizador del evento a nombre de ASF.

niños

Trabajo interesantísimo en el que sobre todo se podía encontrar una alta sensibilidad en el tratamiento de los imaginarios infantiles sobre la zona y la manera como los varios niños, bajo su visión y lenguaje (incluso gráfico) planteaban expectativas de su territorio, los focos de atención de estos niños, pero sobre todo, la conexión que los adultos asistentes eran capaces de hacer, recordándose a ellos como niños y extrapolando las riquezas del entorno en el que crecieron.  Luego me tocó el turno que afronté con tres secciones  de trabajo.  Una primera en la que abordé el viaje como una experiencia urbana, para lo que fue imprescindible “sentar criterios” acerca de lo que implica el viaje como instinto básico de movilidad, de dónde parte y que nos representa hoy en día en los «viajes cotidianos».
Luego, como segunda instancia, propuse el análisis de La psicogeografía como un recurso del análisis urbano, empecé ejemplificando con algunas derivas a partir de cuyas experiencias procuré dejar en claro los propósitos, la forma de trabajo y lo que suponen estos ejercicios como elemento de construcción identitaria y por tanto su importancia  en las propuestas de análisis de la intervención y propuestas  urbana.

deriva

Finalmente la tercera parte consistió en una Deriva, por el sector y en concreto con el solar que se nos había permitido intervenir para el taller de la puesta en común final.  El ejercicio fue planteado de una manera, más bien distendida, procurando colaborar en la implementación de imaginarios de los asistentes y mediante su experiencia aglutinarlos a manera de recursos para estructurar las necesidades emocionales y sensoriales que requería el proyecto.

posits

 

Un espacio final nos permitió volcar el material registrado en la deriva sobre mapas, esquemas y apuntes sobre el barrio y en concreto, el solar.

Con todo este material y otros elementos documentados y registrados como ejercicios de algunas posteriores charlas, MonoD Estudio programó un ejercicio de puesta en práctica y acción común urbana.  Una suerte de instalación urbana que se componía de elementos – deseados y su método de implantación en territorio.

campo

Todos estos pasos que he narrado, en su conjunto, representan un camino de para afrontar un diseño que a más de ser participativo, explora elementos qué, por ser producto de las derivas, proponen con un mejor acierto los imaginarios y los deseos de los vecinos.  Lo que más me interesa de esta metodología, es la magnitud en la que la comunidad, al ser partícipe de ello, asume responsabilidades sobre la planificación y con estas lecturas mencionadas, de alguna manera he validado esta alternativa.

Plaza pública, a vista de extranjero

He estado repasando algunos enlaces y participaciones sobre debates y discusiones acerca de nuevas o diferentes maneras de ver y/o percibir el espacio público, de cara a un proyecto de derivas que pretendo lanzar en poco y ésto me llevó a revisar la entrevista que hace algo más de un año me hiciera Niquelarte.

A propósito de re-leer esto me he dado cuenta cómo en ese entonces en alguna forma intuía el llegar a plantear dos elementos que considero a día de hoy básicos en el análisis urbano.

Por un lado, las derivas como forma de registro perceptivo de la persona en la ciudad y la segunda que es la mirada extranjera, la manera como una persona que no es nativa de un entorno urbano, es capaz de ser crítica con respecto a la ciudad en la que vive.

A propósito de ésto, me pareció oportuno reproducir la entrevista, que a más de tenerla disponible en este enlace creo conveniente que esté en el time line de mi blog, justamente por cerrar antecedentes.

Con hache y con be

Con los cinco sentidos bien puestos en un recorrido incansable por guiasentimental.es, me encuentro con la siguiente pregunta:

¿Serías capaz de mirar tu ciudad con los ojos de un extranjero?

Inmediatamente recuerdo la frase de un buen amigo que decía: «me siento como extranjero en mi propia ciudad». Yo creo que sí es posible siendo observadores, algo que a menudo olvidamos en la cotidianeidad. En palabras de María Masaguer:

«Observando el paisaje para poder trabajar sobre él”

Creemos muy necesario el trabajo de Mario Hidrobo y porque queremos saber, para observar con más detenimiento, lanzamos unas cuantas preguntas a un hombre que genera ecosistemas con muy buenos sentimientos, haciéndonos partícipes de algo que podemos explicar con palabras pero que no es sino practicándolo como se genera.

2012-11-20-20.43.23Adela Vázquez: Entre Quito y Alicante, ¿cúal es la mirada de Mario?

MH: Intento que sea una mirada atenta y sensible, que mueva cosas dentro de mí, tanto de ida como de vuelta. Que los detalles con los que me estimula la ciudad me lleven a conectar con las sensaciones de cuando se forjaron los imaginarios que se evocan y así apegarme en sentimientos, algo nostálgicos pero placenteros; aunque no siempre lo logro y eso produce incertidumbre y ésta conduce al miedo, entonces procuro que ese miedo a ratos sea el motor para querer cambiar las cosas.

AVV: ¿Qué sientes cuando imaginas la ciudad?

MH: Algo de agobio, es una dicotomía entre la ciudad de mis imaginarios y la que percibo. Intento ser consciente de que no existen dos ciudades, sino tantas como percepciones y que éstas son el resultado de una serie de detalles que percibo y que llaman a imaginarios para forjarlos bajo una realidad que ya no existe, porque ha ido cambiando con el tiempo y que tampoco la tengo a mano (de no tenerla enfrente a tenerla, ha cambiado mucho a día de hoy). Por tanto, esa ciudad imaginada es una…que fue y ya no está, pero que se quedó en los sentimientos de las vivencias que se dieron en aquellos escenarios. La sensación es un resultado de lo explicado y el enfrentarse a unos estímulos urbanos, que aunque son presentes, tendrán también un componente de los sentimientos que soy capaz de poner en las nuevas vivencias.

AVV: Acciones como hazañas, ¿necesarias para renovar los códigos?

MH: No lo creo. Lo que vendrían a ser los códigos con los que se escriben esas hazañas, dicen los entendidos, se forman de manera temprana, si no me equivoco antes de los 5 años de edad. Es tu modo de escritura; con ella has de pensar qué escribes. Yo intento escribir guiones de vivencias que estimulen los sentimientos en los que uno se siente confortable, pero no siempre sale bien. Todo esto se vive en sociedad y estás a merced de muchos estímulos, personas, límites y eso es parte de la aventura de todo ser urbano; asumir el resultado de cada hazaña es un acto de consciencia que en mi caso procuro que sea el conocimiento más que los sentimientos el que me llene, ya que no siempre puedes prever el resultado, así que prefiero sentirme vulnerable al conocimiento, más que a lo emocional.

AVV: Mapear, geolocalizar…¿crees que es fundamental en nuestros días y que la ciudad es mucho más eficiente con el uso de las nuevas tecnologías?

MH: Creo que es vital mapear, pero sería incluso más preciso registrar. La base está en asumir una condición de vivencias beta, es decir, disponernos a un proceso de análisis y síntesis que provoquen una condición de constante cambio e innovación. Creo que es una condición de la ciudadanía responsable, sobre todo asumir la ciudad como un ser vivo.
Las nuevas tecnologías han permitido muchas facilidades para ésto, desde la posibilidad de una lectura de capas en la cual estoy convencido de que internet ofrece condiciones utilitarias que permiten reemplazar lo que antes resolvíamos de manera diferente;pasando por la geolocalización, su facilidad de registro, llegando hasta la ubicuidad que nos permite una verdadera presencia en distintas locaciones de manera simultánea. Eso sí, con mucho cuidado de tendencias que se amparan en marcos tecnológicos para generar mayor consumo, como siento que es el empuje más potente de las smart cities.

Sin-título-1

AVV: ¿Cómo se contruye un mapa sentimental?

MH: Considero que un mapa sentimental es algo más que la geolocalización de sentimientos. Es un ejercicio de doble partida.
Por un lado, el individual, que parte de un propósito interpretativo del paisaje; este mero hecho deja de lado el hedonismo urbano y considera a la ciudad, la cuestiona y permite proyectar dinámicas de cambio. Por otro lado, está el social, que es generoso y enriquece el tejido social urbano permitiendo encontrarnos con los demás vecinos en lazos muy entrañables, compartiendo sentimientos y escenarios. Ello une mucho y genera sinergias muy enriquecedoras. ¡Pero hay más! Un mapa sentimental implica un proceso de sinceridad y desviste tanto a la ciudad como a las personas. Sabemos que hablar de nuestros sentimientos es íntimo y nos cuesta. Imagina el hecho de registrarlo y compartirlo. Vivimos en una sociedad dominada, cada vez más, por el miedo; y tornarnos vulnerables nos atemoriza más, si cabe. Contar nuestros sentimientos nos descubre , nos desenmascara y evoca un pudor que no siempre tiene el poder frente a nuestras máscaras. Lo mismo sucede con la ciudad y nuestras percepciones, las enmascaramos para defendernos y ser menos vulnerables. Pero cuando somos capaces de ver ese mapa los resultados son asombrosos, yo diría, casi sanadores. Perdemos miedos y eso genera estados reales de bienestar y, yendo más allá, el ejercicio mismo provoca un efecto de espejo que permite que nos veamos por dentro y visualizar cómo nos reflejamos en los otros, en los escenarios, en la ciudad, su ecosistema y en tu propio interior.

AVV: ¿Qué papel debe desempeñar el ciudadano?

MH: Todos los papeles de la ciudad. Para empezar debemos convencernos justamente de esto. La ciudad es nuestra, es nuestro hábitat y a la vez somos parte de ella. No existe condición ajena ni de bienestar ni de malestar urbano en la que no seamos cómplices; pero esto es de nuevo un acto de conciencia del que depende que nos empoderemos de ella como primer factor para empezar a actuar. Los tiempos han cambiado y los ciudadanos que exigían sus derechos a una administración a costa de estar al día en sus impuestos cada vez son menos, el ciudadano nuevo es pro-activo, es un prosumer y ha dejado de lado la pasividad simple del consumo de ciudad para proponer; necesita hacerse sentir “construyendo ciudad” y que sus propuestas sean parte integrante de un nuevo hábitat urbano; que sus deseos, sus sueños y sus sentimientos sean parte del paisaje urbano y, por tanto, de su cotidianidad.

Sin-título-2

AVV: Psicogeografía y urbanismo, ¿dos conceptos enredados?

MH: Totalmente y mucho más de lo que los urbanistas han aceptado hasta la actualidad. La geografía, la sociología y la biología urbana han sido capaces de explicar todos los peros, defectos y fracasos del urbanismo. Han mostrado no solamente que de seguir con el modelo retrógrado del urbanismo sobre la base del consumo nos haría acabar con el planeta, sino que dentro de esos espacios marginales casi despreciados por el urbanismo académico, como la ciudad informal, está la clave del sostén fundamental de las ciudades; nosotros, las personas, nuestras redes y nuestro conocimiento común. Es de esto de donde podemos aprender y de donde podemos generar un nuevo urbanismo.

AVV: ¿Son catalogables los sentimientos?

MH: Creo que sí, aunque tienen bordes múltiples, complejos y difusos que se van entremezclando. Entiendo que hay tendencias que hablan de seis sentimientos básicos de los que se derivan los demás, pero otras también hablan de siete u ocho. Yo prefiero ser menos purista y más inmediato. A veces creo que hay shortcuts (atajos) que funcionan mejor que las definiciones académicas sobre los sentimientos y que son distintos de unas personas o de otras. Por ejemplo, en mi caso son los olores como estímulos y los recuerdos como sensaciones; luego, hilando más fino, siempre defines sentimientos aunque cueste precisarlos.

AVV: ¿Cómo definirías Patrimonio Sentimental?

MH: Para empezar lo dividiría entre individual y colectivo.
El individual es la materia emocional con la que estamos hechos y se cimienta de manera temprana bajo muchos factores: el ambiente familiar (más próximo o cotidiano) en el que crecemos (sobre todo los primeros años); nuestras relaciones más cercanas, pero no creas que estoy hablando de relaciones simplemente emocionales personales, sino que es una amalgama de estímulos; son sonidos, olores, personas, paisajes, colores los elementos compositivos de la tramoya de los escenarios de nuestros primeros actos.
El colectivo está hecho de la misma materia pero en dimensión urbana, porque es la ciudad el espacio de la puesta en común de los elementos individuales que narraba antes. Es complejo pero a la vez exquisito. Es lo que hace ciudad y nos hace seres sociales enriqueciendo los espacios urbanos.

AVV: Conservactivando y recuperando la memoria para construir desde el presente. ¿Lo crees importante para el futuro?

MH: Sin lugar a dudas pero ¿qué conservar, ¿qué recuperar? ¿qué activar? Las respuestas definirán hacia donde vamos y lo que seremos en un futuro. Creo que es el espacio de menor consciencia en la clase política involucrada en las decisiones de carácter urbano.
Podemos ir en el otro sentido: ¿qué ciudades queremos tener mañana? Y en las respuestas tendrás muy claro qué hay que recuperar, conservar y reactivar.

AVV: ¿Y si imagináramos un centro urbano que se rige a través de buenos sentimientos? ¿Sería ideal una ciudad de estas características?

MH: Es complejo responder esto porque el ser humano está hecho de materia básica para sobrevivir y lo hace por naturaleza individualista. Sólo en conciencia social nos volvemos generosos, sólo cuando sabes que en colectividad eres más que la suma de las partes aprendes que merece la pena y es esa dinámica la que genera buenos sentimientos. Los centros urbanos están ahí, siempre los vemos más como infraestructura física vetusta antes que como escenarios de un proceso social como el que narro; por ello, las actividades que pueden sostener un centro urbano son la dinámica que suma o crece en el tejido social y son la base de cualquier centro urbano deseable

2012-11-20-20.44.21

Tematizar no es hacer urbanismo

Francamente no sé muy bien por donde empezar este post;  en principio considero ético, últimamente, el narrar ciertas reflexiones que me vienen a propósito de lo que voy entendiendo de las dinámicas urbanas.  En ese, tengo muy a flor de piel dos ciudades de naturaleza emocional y conocimiento real, que se confrontan a día seguido en mis imaginarios, mi crítica y en mi cotidianidad.   Una es mi ciudad natal y donde he ejercido la arquitectura y otra es mi ciudad de adopción y en la  que estoy pudiendo experimentar un cúmulo de reflexiones producto de mi experiencia y mis investigaciones.

Hace algunos  años, he presenciado como la administración de Alicante ha dado muestras continuas e insistentes, no solamente de la falta de criterios técnicos de actuación sino además, de una ausencia casi total de conocimiento de políticas de intervención urbana;  y digo «políticas», no como ese sentido de accionar que el urbanismo académico nos sugiere, tampoco con esas medidas que el sistema neo liberal nos impone, sino más bien como una sinrazón de quehaceres que son más bien producto de la improvisación y la «buena idea» antes que de una intención, aunque sea de equivocarse y hacerlo mal, aposta, con el consuelo de producir en la ciudad una suerte de laboratorio de errores urbanos.  Vamos un folklorismo total.

La calle San Francisco ha sido peatonalizada, aunque no se bien si llamarle «tematizada», puesto que hay quien argumenta el que se ha «procurado» establecer un parque infantil.  Parecería también que el propósito ha sido «unir» de manera peatonal dos zonas de marcado comercio de la ciudad.

Importante matizar, que me referiré a la intervención en la ciudad, más no al proyecto en sí mismo,  aunque de antemano debo matizar que el tratamiento temático y estético, me parece poco creativo y con una descontextualización absoluta.  Basta preguntarse ¿qué hacen unas setas en Alicante?.  La única respuesta posible es la de que de manera superficial se considere que los parques infantiles pueden tener cualquier temática, sin importancia de proponer un elemento que genere una recuperación cultural (que mucha falta hace).   Se me ocurre—como mucho se bromea en la ciudadanía—que se podría por lo menos haber argumentado una financiación de los propietarios de los derechos de los pitufos, que francamente para la escasez de recursos que viven las administraciones, hasta se habría entendido, pero no se habría justificado la inversión, en función de las prioridades de la ciudad.

¿Que el problema sea de gusto por las setas?.  Pues no.  No es un tema de gusto y explicaré a continuación las razones por las que considero que este proyecto solamente remarca una forma de actuación que es una manera de entender la ciudad, que puede ser cualquier cosa, menos una intervención de revitalización urbana, como se le ha calificado.

Además y como ejemplo, si que argumentar que el tema de la fachada del Casino de Alicante si que es (o fue) un problema de estética.

Alicante es una ciudad con una conflictividad urbana muy seria, tema muy complejo  y difícil de explicar en un post, aunque me apetece muco hacerlo, pero solamente tocaré un par de elementos que conciernen .  

Una ciudad no-capital administrativa, que ha hallado su supervivencia bajo el amparo del Turismo, feudo por más de una década de la derecha más recalcitrante del país, feudo de negociados, casinos, y el prototipado del modo de verano y el vivir por encima de todas las posibilidades.

Aunque hay otra ciudad, una que ha acogido a inmigrantes desde hace mas de 2000 años, una ciudad de intercambio de productos entre mar y montaña y con las huertas propias destrozadas, tierra privilegiada por la naturaleza del paisaje y con riquezas aún cautivas gracias a la miopía que genera el dinero fácil.  Una ciudad con elementos propios de una identidad que están guardados en el más de un centenar de refugios de la guerra.

Pero sobre todo una ciudad, como conglomerado social, víctima por décadas del silencio que le impone la tolerancia y ciega de los verdaderos conceptos que llevan a la convivencia.

san-francisco

En este marco y en este entorno, esta misma ciudad es presa de cualquier improvisación.  Justamente como la de la calle San francisco.  Intervenir en un centro histórico urbano, implica empezar pensando en la gente y en las dinámicas que sostienen a la ciudad como actividades cotidianas, no solamente productivas.  La ciudad y los centros históricos en general, no son solamente «presas» de la inversión inmobiliaria u otras iniciativas que generan dinero.  Son también la casa de muchas personas, son el escenario de transito  de otros, son sobre todo parte de la ciudad donde Vive gente que no solamente piensa en pasearse o comprar.

Una intervención urbana debe empezar por enmarcarse en un plan más amplio, el mismo que debe ser parte de un plan general, el mismo que debe albergar un concepto u intención de ciudad, la misma que debe…sino ser impulsada…ser aprobada en lo más profundo de la ciudadanía.  Sino no funciona.

san-francisco-1

Una intervención urbana debe tomar en cuenta, que la inversión, sea cual fuere, no debe procurar una justificación en un retorno económico, puramente;  a largo plazo si, y es posible medir, pero a primer inicio debe sobretodo justificar unas intenciones y una propósito de gestión social, el intervenir se justifica desde la naturaleza más simple:  hacer algo distinto para estimular a que suceda algo distinto.  La inversión urbana no es adornar una calle para que la gente se haga fotos y parezca que se vende más.  Los resultados últimos no se pueden enmascarar, sino, pasen a cualquiera de los locales de la zona y pregunten si la «tematización» de la calle les ha implicado algún tipo de mejoría que merezca la pena.

 

La Santa Faz, entre el paisaje y el patrimonio

El proyecto procura una puesta en valor de los espacios tributarios a la peregrinación de la Santa Faz en Alicante, a través de un rescate de la memoria del paisaje.

esquema

El propósito fundamental del proyecto implica la búsqueda de rutas alternativas a la romería centenaria, implicando una reorganización de espacios junto con la liberación parcial o paulatina de la carretera nacional 332 como única vía del evento.

imagen-1A
Se proponen tres vías alternativas acompañadas de un intenso trabajo de recuperación del paisaje a través de la reforestación de especies nativas. Los caminos estarán provistos de puntos de abastecimiento en sitios estratégicos materializados en ejercicios de arquitectura efímera y un gran espacio de llegada y sitio de encuentro junto a la Santa Faz.

imagen-1

Los patrimonios intangibles se cimientan sobre la base de la tradición.  Las tradiciones son parte de la cultura oral, que se transmite generación tras generación, sin embargo existen elementos que son parte de construcción de ese imaginario que manda por sobre las tradiciones, uno muy importante es el patrimonio visual y dentro de éste, el paisaje, a día de hoy fundamentalmente urbano; otrora, era de gran constitución campestre.

imagen-2En este proyecto participaron también Laura Gea Martinez y Pablo Rosser

Apuntes autistas y una búsqueda de identidad

2009,

 Update 02.014

He terminado de leer Apuntes autistas de Alberto Fuguet. No sé si seré capaz de escribir mis impresiones, digo esto, porque creo que el lenguaje escrito es grande y versátil. Pero tanto mi retórica, como la compresión del tema, supera mi capacidad de contar o de describir las emociones y experiencias que viví, mientras posaba mis ojos escrutadores, sobre cada una de las palabras que se organizaban línea a línea en cada párrafo.

Coyunturalmente, el final de la historia se juntó con mi memoria personal, alcanzando un clímax escénico, que me llevó a la humedad ocular pública.

Acto primero
Yo, con piel de bronce, y pendiente de plata, sentado frente al sol mediterráneo y, con fondo, cualquier edificio neoclásico.

Soy inmigrante en España. Pertenezco a un país que, en este medio, es conocido por su gente básica, poco culta, poco instruida y fundamentalmente por haber llegado en una gran ola migratoria, estos migrantes ecuatorianos han venido a ocupar roles laborales despreciados por los locales. Si bien por diversas circunstancias profesionales y de interés personal no cumplo con estas características poblacionales, y puedo desarrollarme profesionalmente, mis demandas de socialización no se ven cubiertas por el imaginario local español.

En este contexto, desde hace algún tiempo me estoy cuestionando asuntos trascendentales en mi vida individual y social. A partir de una visita a mi país en el verano de 2008, las preguntas se centraron alrededor de temas como la identidad, la patria, los intereses personales, el oficio, la profesión, la familia, por citar algunos.

Esto me ha llevado a intentar relacionar lecturas de temas que me inquietan y fundamentalmente abrir mi pensamiento a una suerte de reconocimiento, mezcla y aceptación tanto de los elementos de la identidad como de los mecanismos sociales de interacción.

Acto segundo
Yo, con piel de bronce, sentado a contraluz, con pendiente de oro y con fondo de adobes.

Gracias al Luis López redescubrí a Bolívar Echeverría, filósofo ecuatoriano, quien en «Vuelta de siglo» hace una erudita explicación del momento actual; determina momentos que creo son claves, para definir las circunstancias de la época, sobre todo desde la perspectiva de la cultura, el mestizaje y la identidad.

Esto trastocó la percepción de los elementos que conforman mi identidad y, más que eso, generó una nueva perspectiva a partir de una simbiosis entre lo leído y lo vivido como inmigrante, en los dos últimos años.

Acto Tercero
Aparezco sentado en mi ordenador una tarde de agosto, o septiembre, no lo sé con precisión. Solo tengo seguro que aún hacía mucho calor. Mientras trabajaba en mi portátil, a través de la Web escuchaba un programa de radio que entrevistaba telefónicamente Alberto Fuguet. De esa entrevista me quedan un par de impresiones. Pocas en realidad, pero muy inquietantes.
habla de la teoría de MacOndo, de la cual yo no tenía ni idea, me intereso en el tema pero no logro conseguir el libro porque lleva agotado más de diez años. El mismo escritor afirma que esto le ha producido más problemas que satisfacciones, pero eso lo entenderé luego; el siguiente dato interesante, para mí, fue que hablara de Ernesto Quiñónez, un ecuatoriano que vive en Estados Unidos y escribe en Inglés, Bodega dreams, traducida al español como El Vendedor de sueños; consigo la novela, la leo y no me aporta mucho, me divierto, me agrada su narrativa, pero nada más, especialmente no me aporta nada acerca de lo que busco.

Acto cuarto
Compro Apuntes autistas, en una librería on-line de Santiago de Chile me llega y la leo, no la devoro, la mastico pausadamente, con calma, disfruto cada media hora o cuarenta minutos que tengo para leerla.

Cada página me produce un cúmulo de emociones. Estoy ahí, me encuentro charlando con un amigo contemporáneo que ha vivido y ha tenido experiencias muy similares a las mías. Me encuentro conmigo.

Sé que no soy cinépata ni cinéfilo, no he visto ni una décima de las películas que ha visto el autor y, menos aún he leído todos los libros que ha leído él, pero cada comentario a cada película o libro o anécdota tiene elementos que los encuentro propios.

Entiendo la teoría de MacOndo, entiendo que es parte de mi identidad, pero que mi Macondo aún es mucho más grande dentro de mi experiencia y mi realidad.

Entiendo que un libro puede ser «sanador» cuando enseña y permite recordarse que uno, no es tan raro, tan apátrida, tan poco patriota, tan alienado, que uno vive tan cerca del límite del estoicismo y, sobre todo que esto en sí no es tan malo, todo lo contrario, que allí es donde radica la riqueza interior e intelectual que uno puede tener.

Entiendo que no estoy solo y sé que esto es bueno.

Fanzine

Hace poco estuve en un taller de Fanzine dirigido por Javier García Herrero.  Mis impresiones son múltiples.  Con mucho gusto mis expectativas fueron superadas por el taller, su contenido, resultados y demás.

fanzine

Por otro lado, en gran medida creo que asistí porque tenía muchas ganas de entender esta técnica-método, como una argumento intermedio de entre la libertad de la expresión del arte urbano y la soltura y agilidad de registro al momento de explorar la ciudad y aunque a día de hoy, en las nuevas propuestas que estoy preparando como derivas urbanas, estoy integrando el Fanzine cómo lo he comentado, como un método de registro analógico del recorrido, creo que es un formato que tiene excelentes características y múltiples frentes de exploración y desarrollo como una bitácora artesanal de la exploración urbana y el reconocimiento de la ciudad cómo un escenario de educación expandida.

El resultado del trabajo colaborativo se lo puede ver aquí, junto con el siguiente vídeo, una versión transmedia del trabajo.

La estética odiada o Guilty pleasures (o estética urbana)

¿Dónde se aloja la fealdad?

¿os ha sucedido que muchas veces hay temas de los que prefieres no hablar?.  Aquellos que cuando se los toca, sientes algo así cómo una vergüenza ajena?

El ingles, tiene cosas curiosas,  una de ellas es que muchas veces logra definir cosas que en español no tienen un nombre específico, me estoy refiriendo a lo que se suele llamar Guilty Pleasures, traducido como «placeres culpables», aunque su sentido, no tan estricto, creo que es bastante más amplio, dónde es bastante ilustrativo es en la música, aquella que nos rodeaba de niños, la que escuchaban nuestros padres.  No la escogimos, pero cuando nos damos cuenta es parte de nuestra estética,  nos es totalmente familiar, tanto y tanto que es parte de nuestra cultura,  Pero  es también parte de nuestra cultura ese YO que quiero proyectar, ese «uno mismo» que construimos  y en el que ocultamos lo que no se ve bien socialmente.

Algo muy similar ocurre en el espacio urbano, está la ciudad oficial, esa ciudad de los catálogos de las divisiones de turismo de los ayuntamientos y está la otra, la ciudad informal, de la que últimamente estamos aprendiendo mucho.   Dentro de esta ciudad informal, me interesa mucho tanto las dinámicas que la conforman cómo los resultados que se logran…que muchas veces casi de manera espontánea surgen como resultado de procesos no planificados.

Hace poco participé en una convocatoria interesante.  La Asociación de vecinos del Barrio del Pla, en Alicante, convocó a un concurso de fotografía sobre vacíos urbanos y espacios degradados.  Mi propuesta la podéis encontrar en este Meipi, una colección de fotografías producto de derivas urbanas en la zona.  las clasifiqué en cuatro categorías que corresponden a las siguientes definiciones:

Cicatrices urbanas

«Tiritas» Imagen: @mariohidrobo

Nombre que tomé prestado de Diana Piñeiro, con quien con algún tiempo he intercambiado comentarios y criterios acerca del estado y la apariencia de las «medianeras» en los solares en desuso, en medio de barrios consolidados.  Pero el nombre de cicatrices urbanas, destaca de manera gráfica y muy sensible cómo «aféan» los solares de estas características, pero en medio de esa fealdad, se constituyen en una oportunidad inmensa por explorar, desde las posibilidades de uso en proyectos low cost, hasta la constitución de lo que podría ser una red de oportunidades urbanas, obviamente pasando por una reflexión de la ciudad como un espacio de aprendizaje y las definiciones morfológicas que sugiere.

Miradas al cielo

«balcón» IMAGEN: @mariohidrobo

Este es un espacio de reflexión que nació en el interior de las «casas de patio» del centro histórico de Quito, cuando luego de muchos momentos de penumbra tienes la oportunidad de «mirar el cielo», generalmente con un incomparable azul cielo, ese momento de aire, de horizonte con sabor a infinitud, que lo volví a echar de menos en Madrid cuando me di cuenta que el cielo era en gran medida el único espacio de amplitud urbana que te permite «fugar» la mirada en las ciudades densas y compactas. Esta reflexión plantea una mirada distinta a los pozos de luz y cómo la ciudad o el espacio exterior se infiltra en la densidad urbana.

Maquillajes urbanos

«bmw» IMAGEN:@mariohidrobo

Quise definir así a pequeños elementos cotidianos, sobre todo de arte urbano y más escenografías, muchas veces involuntarias, que se encuentra en el entorno urbano y que caracterizan zonas y sectores con una huella de identidad.  Creo que estos elementos son parte muy importante que hablan y definen una estética y en gran medida una forma de expresión de la cultura de las personas que habitan la ciudad.

Entre Bicis y percepciones. Otra experiencia de la Ciudad.

People for Bikes from BLACK SWAN on Vimeo.

El 17.06.2010, había escrito esto:

Luego de algunos avatares temporales, he logrado volver a ser ciclista urbano.  El otro día escuchaba a Juan José Millas, a propósito de la reducción del límite de velocidad en las autovías a 110 Km/h, comentaba que le parecía que era un límite humano, porque permitía mirar, observar, ver el rostro de las personas.  Algo similar es lo que pasa con la bicicleta. Yo apuesto a que la mayor contribución que hace un sistema de movilidad de tracción humana como este,  es la posibilidad de la inmersión en el paisaje, la misma que está relacionada con un equilibrio entre nuestra velocidad de desplazamiento y la velocidad de la ciudad, que a lo mejor es lo más cercano a lo que se podría definir como el Latido de la ciudad, su pulso.

Pero lo interesante es que esa actitud, de «soy parte de», que implica disponerse a vivir la ciudad, se contrasta potencialmente con el aislamiento del automóvil. que no está nada mal: mola ir con aire acondicionado mientras fuera hay más de 30 grados, está bien disponer de un vasto surtido musical, los niveles de confortabilidad a día de hoy son espectaculares, pero sobre todo, el automóvil está vinculado con un concepto: El individualismo, yo y mi micro mundo inmune. El cual, demás está decir, que se contrapone con la generosidad y la consideración al los demás, conceptos básicos de vivir en sociedad y territorialmente en ciudad.
La bicicleta es otra cosa, su concepto en si mismo vincula una capacidad totalmente humana, yo y mi tracción, mi potencialidad y ni tenacidad.  La bicicleta además te pone en una franca vulnerabilidad (desgraciadamente desagradable, si lo enfocamos desde las posibilidades de descuido y agresión vehicular) a los estímulos urbanos, sus sonidos (que no todos tienen por que ser sinónimo de pitos y contaminación) sus olores, (que no todos son sinónimo de smog), en definitiva, su pulso.  El tema es como nos queremos plantear la experiencia de la ciudad, como actores, generosos, sí, vulnerables, o con la mezquindad propia de esta época. Como queremos vivir nuestra experiencia urbana. desde el egoísmo o desde la generosidad. desde cual de estas perspectivas podemos construir un civismo útil y contemporáneo.

20 Años

1   9   9   2.

Dynamo de Sodastereo, en donde el riff de inicio de Primavera 0…cantaba de manera eufórica que nadie puede vivir sin amor…que algo empezaba mientras algo pasado se iba!!!

El 14 de septiembre de 1992, dentro del programa televisivo «Ándale«, conducido por  Paco Stanley, la banda «chilanga» los Caifanes…hacen un comentario respecto a que su música surge como una inspiración de Agustín Lara, Benny Moré y los Red Hot Chili Peppers, y todo esto sucedía mientras Kiko Veneno lanzaba el «echate un cantecito«.

Estas citas…musicales…inciden en un momento en que la intención de los purismos estaba a punto de empezar una determinada decadencia, aunque sea nominal o visualizable o verbalizable.  En ese entonces, eran las corrientes filosóficas del post modernismo las que empezaban a intuir una serie de cambios que marcarán los noventas.

Estas citas me parecen oportunas, no solo porque coinciden con el año en el que terminé la carrera, sino por la manera como marcaron el panorama musical, una forma poco convencional que en gran medida intuía una serie de cambios irreversibles que innovaban los caminos anteriores con propuestas diferentes.

Hace 20 años, formalmente empecé un oficio.  Un primer proyecto,  un centro de rehabilitación para ciegos y deficiente visuales nos planteó la posibilidad de investigar acerca de las percepciones de la arquitectura, ello nos desembocó en la reflexión del espacio desde las percepciones que no implican la visión.  El olfato, el sonido, el tacto, los sentidos fisiológicamente reconocidos.  La experiencia acarreó una serie de eventos investigativos que fueron desde conversaciones largas y serias con ciegos y deficientes visuales acerca de la ciudad, la arquitectura, las percepciones, la estética del no vidente y mucho más, que independientemente del «objetivo en cumplimiento» nos enriqueció de manera muy valiosa como investigadores y siento que de alguna manera condicionó lo que luego sería mi ejercicio.  Poco después, tuve la oportunidad de hacer una especialidad  en accesibilidad lo cual para mi cerró un capítulo formativo en el tema y abrió una puerta a un ejercicio altamente específico que creo que finalmente no se termina de entender,  considerando a la accesibilidad como un compendio normativo de pasamanos y rampas, cuando su reflexión básica parte del estudio y acceso al entorno físico sin que sus limitaciones sean una condición de marginalidad para los usuario, un espacio en que quepamos todos y nos movamos con soltura, sin miedos y con deleite.  Hoy sé que eso solo es posible bajo la construcción de espacios basados en la tolerancia, las diferencias y los consensos colectivos.

Cuando por invitación de Luis López, empecé a ejercer la rehabilitación de patrimonios y todas las disciplinas y artes propias de la recuperación, pensé que me había ido totalmente de aquella línea de interés.  Fue Jorge Coellar, mi maestro de Feng shui, (termino que intento no usar, en vista de la irrefrenable prostitución que ha tenido el término en occidente) quien me guió en los conocimientos de esta disciplina ancestral china y sus relaciones con las tecnologías alternativas andinas y de éstas a la particulares propiedades de la construcción en tierra, pilar fundamental dentro de la recuperación patrimonial.   Así entonces, logré Juntar dos temas básico de mi aprendizaje, los conocimientos de arquitectura vernácula de dos puntos tan distantes y todo el fructífero trabajo que puede compartir con el estudio de Luis López, en materia de rehabilitación.

En medio de esto, el tiempo iba pasando y yo entre el diseño, la docencia y la experimentación en la rehabilitación iba aprendiendo caminos poco lineales, que me dejaban practicar sobre todo la investigación en ámbitos que cada vez se alejaban mas y mas de la arquitectura de «encargo», e iba intrigándome en la relación de esas pequeñas tareas experimentales como granitos de una construcción macro que era la ciudad.

A partir de una nueva etapa, con cambio de entorno incluida, empiezo en España a comprender otro entorno como elemento importante de mi identidad, en construcción de nuevo, y dentro de esto las líneas de trabajo que abordamos con Jorge Toledo y Laura Gea en Activadores Urbanos y entorno a herramientas digitales, empiezo a hacer ejercicios que me permiten relajar mi comprensión de la Ciudad y su complejidad desde una perspectiva más contemporánea.
A partir de la experiencia que tuve en la participación de la construcción del mapa emocional de Alicante, basado en situacionismo y psicogeografía, pensé que me estaba abriendo otro canal importante de interés, pero fue Sergi Hernández quien me ha permitido encontrar con su eGlia, que no es otro, sino que es un uno mismo y es el que se resume en la construcción de la ciudad.

20 años no son fáciles de resumir, pero me alegro de haber empezado en lo que creo que fue importante y terminar con lo que creo que soy hoy en día, como un propósito de re-definición, o de corte de cuenta.

Estoy casi de viaje, una experiencia de nuevo gracias a Luis López y su despacho, a un proyecto al que tengo muchas ganas, porque creo que es una gran oportunidad de poner en práctica muchas cosas juntas de las que ha aprendido en este tiempo y que gracias a la colaboración de Adela y María de Niquelarte espero poder documentar debidamente en al sitio mas lejano del centro de la tierra y por tanto más cercano al sol.  sé que cada vez me siento menos arquitecto…como generalmente se define la profesión, pero cada día más contento de desubrir – me – en más aprendizajes.

Me dejo mucho en el camino, los cientos de cafés y charlas con grandes amigos y maestros que han influenciado en este tiempo y a quienes les guardo inmensurable gratitud.  Gustavo Balarezo: Quien me enseñó a caminar con un fotómetro en el ojo, Socrates Ulloa: el arte, la ciudad y la bohemia.  David Santillán: montones de comida, bebida, proyectos, arte, discusiones y sueños.  Julián Salas, gran maestro y la palabra de la única estrategia de la solución a la vivienda.  Mucha gente nueva que ahora tengo suerte de tener cerca y de quien aprendo.  Domenico Di Siena: la ciudad del futuro.   José Abellán: las imágenes con caminos intuitivos acertados.  ….mis compañeros del master Diwo y egruyère, gente joven nueva y activa.

Si tuviera que agradecer, no terminaría.  Pero hay una mención que aunque no sea profesional de oficio, es personal de apetencia: gracias infinitas a mi mujer que me ha soportado en noches de concursos, tareas nocturnas, trabajos inpagados y ahora en ausencias…solo por compartir unos principios que son inalienables;  y gracias a mis tres mosqueteros, mis pequeños, que me han dejado alimentarme de ellos para tener el combustible de seguir aprendiendo.